Con la música patriótica del icono egipcio Um Kalsum como telón de fondo, los soldados egipcios en combate desfilan por televisión. Los medios de comunicación egipcios participan así de manera activa en la "guerra contra el terrorismo" motivando la ira de la calle contra los Hermanos Musulmanes y la prensa extranjera.
Mientras el ejército diezma las filas de los partidarios del presidente derrocado por los militares, Mohamed Mursi, para el comentador político Hisham Qasem, se lleva a cabo también una "campaña mediática contra los Hermanos Musulmanes y otras corrientes islámicas". "En un año de presidencia de Mursi, se han llevado más periodistas ante los tribunales que en 185 años de historia de la prensa egipcia", indicó Qasem, para quien la prensa paga ahora "con la misma moneda" a los Hermanos Musulmanes.
Desde hace varios días, bajo un imponente logo que proclama en inglés "Egipto combate el terrorismo", las tres cadenas oficiales y otras televisiones privadas difunden a lo largo de la jornada la versión oficial de los enfrentamientos entre las fuerzas del orden y los partidarios de Mursi, que se saldaron en seis días con unos 900 muertos, en su mayoría, manifestantes musulmanes.
La programación se completa con vídeos sobre el recorrido "terrorista" de la cofradía, cuando era presidente de Egipto Gamal Abdel Nasser, el asesinato del presidente Anuar Al Sadat y las recientes manifestaciones pro Mursi, todo ello acompañado de imágenes de archivo y música dramática.
Mismo tono en la prensa escrita. El diario gubernamental Al Ahram consagra la integralidad de su portada a las últimas declaraciones del general Al Sisi, nuevo hombre fuerte del país y jefe del todopoderoso ejército, en las que promete que Egipto "no se plegará" antes los "terroristas".
Para el director de la redacción del diario privado Sawt Al Umma, Abdel Halim Qandil, si los medios de comunicación hacen frente común con el Gobierno, es porque el país lleva a cabo una "batalla nacional". El periodista, muy crítico con los islamistas, acusó a los medios occidentales de "oscilar entre dos extremos: el odio al islam y el afecto por los Hermanos Musulmanes". "Esto crea un gran rechazo por parte de los egipcios y genera grandes sospechas" sobre los periodistas extranjeros, añadió.
Desde el derrocamiento el 3 de julio de Mursi, miembro de los Hermanos Musulmanes, la prensa extranjera es víctima, especialmente en El Cairo, de los ataques del Gobierno y de una mayoría de la población al unísono. El poder acusa a los periodistas occidentales de informar únicamente de las víctimas pro Mursi y no tanto de los policías muertos.
Un fotógrafo occidental instalado en El Cairo desde hace un año y medio explicó a la AFP el riesgo de salir a la calle con una cámara de fotos."Hoy he podido tomar algunas fotos desde un coche. Salí unos 45 segundos para tomar otras", explicó el fotógrafo, que requirió el anonimato. "Dos colegas fotógrafos fueron agredidos hace algunos días por un grupo de jóvenes mientras echaban fotos en el interior de un edificio gubernamental", tras gritarles "¡son espías!", dijo el fotógrafo, para quien los comunicados de las autoridades en los que acusan la prensa occidental de parcialidad "avivan el odio de la gente contra nosotros".
Frente a una morgue de El Cairo, dos periodistas de una agencia internacional fueron llevados aparte porque entrevistaban a familiares de las víctimas, en su mayoría, miembros de los Hermanos Musulmanes.
Desde el miércoles, al menos tres periodistas han muerto en El Cairo, entre ellos, un cámara de la cadena británica Sky News.
Con la música patriótica del icono egipcio Um Kalsum como telón de fondo, los soldados egipcios en combate desfilan por televisión. Los medios de comunicación egipcios participan así de manera activa en la "guerra contra el terrorismo" motivando la ira de la calle contra los Hermanos Musulmanes y la prensa extranjera.
Desde hace varios días, bajo un imponente logo que proclama en inglés "Egipto combate el terrorismo", las tres cadenas oficiales del país y otras televisiones privadas difunden a lo largo de la jornada la versión oficial de los enfrentamientos entre las fuerzas del orden y los partidarios del derrocado presidente Mohamed Mursi, que se saldaron en seis días con unos 900 muertos.