En medio de la devastación y de una profunda angustia, vecinos del municipio de Salgar, Antioquia colaboraban con las autoridades en la búsqueda de víctimas del deslave ocurrido la madrugada del lunes y que cobró la vida de más de 78 vidas.
Guiados por lugareños, socorristas hacen barridos con perros con la esperanza de hallar sobrevivientes en la ribera de la quebrada La Liboriana, cuyo desborde arrasó el poblado La Margarita, el más afectado del montañoso municipio de Salgar.
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf) informó que entre los muertos hay nueve niños, y que otros 119 menores de edad quedaron damnificados por el deslave.
Los damnificados fueron alojados en tres albergues temporales, así como en fincas cafeteras, principal actividad económica de la zona.
Los deslaves y aludes por fuertes lluvias son usuales en Colombia, un país tropical atravesado por tres cordilleras.
"Muy horrible, uno no tiene palabras, uno como que cree que es un sueño, como que aterriza porque ya ve la magnitud del desastre", dijo a la AFP Nora Quinceno, sobreviviente del deslave que sorprendió a todos durmiendo.
"Yo tenía una hija allí viviendo y una nieta que se las llevó (el alud). Estamos incómodos, no tenemos para dónde irnos", contó Omar Londoño, otro de los afectados.
El Ejército participa en la búsqueda de las víctimas de esta avalancha.
Los organismos de socorro sacan de los escombros a las víctimas de esta grave emergencia.
La avalancha arrasó con las viviendas y dejó a más de 300 personas damnificadas.
Nueve niños hacen parte de las víctimas, los sobrevivientes están en albergues.
Decenas de familias buscan a sus muertos.