La ola de homicidios que enfrentan Neiva y varios municipios del Huila merece que las autoridades dispongan de toda su capacidad administrativa, logística, de inteligencia y operativa para contenerla de inmediato.
Algo está pasando y algo está fallando. En Neiva, los casos de sicariato no se detienen, como tampoco se detienen las noticias de homicidios en el sur del Huila. En Pitalito e Isnos están disparados los casos de este delito de alto impacto.
Como si fuera poco, la vía Hobo-Yaguará se ha convertido en un trayecto inseguro debido a la presencia, al parecer, de una banda de asaltantes que estaría detrás de varios homicidios.
En primer lugar, la Policía y la Fiscalía en el Huila deben fortalecer la investigación criminal y las capacidades de la Policía Judicial para no dejar en la impunidad esta ‘racha’ de homicidios. Si un delincuente comete un homicidio en medio de un atraco y sabe que no pasa nada, muy seguramente seguirá en sus andanzas. Por eso, es urgente que tanto la Policía como la Fiscalía muestren resultados con capturas y judicializaciones lo más pronto posible.
En segundo lugar, es necesario que la Policía mantenga a sus hombres en las calles. La presencia de los uniformados ahuyenta a los delincuentes. Neiva ya lo viene haciendo en puntos clave, pero es importante mantenerlos. En esta materia, los alcaldes y dirigentes huilenses deben reclamar del Gobierno Nacional el robustecimiento del pie de fuerza policial.
A punta de operativos y campañas voluntarias de desarme, las autoridades huilenses deben buscar además sacar de las calles toda clase de armas blancas, traumáticas y de fuego.
Es urgente que los Alcaldes, como jefes de Policía de cada municipio, no se hagan los de la ‘vista gorda’ con el clima de inseguridad que vive el Huila y dispongan las medidas que sean necesarias.
El Huila no puede caer en manos de la criminalidad.