Como una “falta de respeto para con las víctimas” catalogó el magistrado de la JEP, Raúl Sánchez, la ausencia del cura párroco de la Catedral de Neiva, Pedro María Pérez, el desplante del apoderado Rodney Becerra y la improvisación de la contadora Carolina Vaquero, a la hora de dar respuestas en una audiencia sobre las medidas cautelares para proteger los restos de personas no identificadas en el Cementerio Central. Esto fue lo que ocurrió
María Alejandra Ruiz Mallungo
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“Allá no dan bendiciones, sino que capacitan o ¿cómo funciona la parroquia?”, fue una de las duras frases con las que el magistrado de la JEP, Raúl Eduardo Sánchez, dijo con molestia sobre lo que consideró una “falta de respeto hacia las víctimas” debido a la inasistencia del cura párroco de la Catedral de Neiva, Pedro María Pérez, y el desplante del apoderado, el abogado Rodney Becerra.
Dicha situación se dio en el marco de la audiencia de seguimiento a las medidas cautelares en el Cementerio Central de Neiva, el pasado jueves en la Universidad Surcolombiana, con presencia de familiares de las víctimas de desaparición forzada, ONGs internacionales y nacionales entre otras entidades de orden nacional, regional y local.
Sin potestad para hablar
La molestia por parte de la mesa principal donde estaban los magistrados de la JEP, empezó cuando se le hizo el llamado al representante por parte de la parroquia, el abogado Rodney Barrera, a que subiera al atril a responder las preguntas que en horas de la mañana se habían hecho por parte de las víctimas y por parte de la JEP a la parroquia, administradora del cementerio.
Para sorpresa de todos, quien subió, no fue el apoderado, sino una mujer, a lo que el magistrado Raúl Sánchez reaccionó de manera irónica “nos cambiaron al doctor Rodney” y acto seguido la invita a que se acerque al micrófono y le pregunta, “¿Usted quién es, doctora?”.
Quien estaba frente a todos los asistentes a la audiencia era la contadora de la parroquia, Carolina Vaquero, que haría las veces de vocera en la intervención; el magistrado la interpela preguntado si “¿tiene poder para actuar en esta diligencia?”, a lo que Vaquero responde: “Simplemente me dijeron que viniera a responder las preguntas”. El magistrado Sánchez contrapregunta “¿o sea, no tiene poder?”, a lo que responde la contadora: “No, no tengo poder”.
La tensión en el auditorio sube cuando el magistrado argumenta que todas las partes han estado presentes durante la audiencia y que no cree que el párroco y el abogado “tengan corona”. Sin embargo, la molestia fue más notoria cuando desde la mesa principal se preguntó “¿cuál es la razón de la ausencia del doctor Rodney?”, a lo que la abogada responde “pues…él está en una capacitación”, es ahí cuando de manera burlesca el magistrado expresa: “¿otra; como el párroco?, allá no dan bendiciones, sino que capacitan o ¿cómo funciona la parroquia?”.
La inconformidad desde los magistrados fue muy evidente, tanto así que advirtió que este tipo de situaciones no se pueden volver a repetir. En un momento dado hace mención al abogado, de quién dice que “el doctor Rodney, viene dice mal un nombre y fuera de eso se va”, refiriéndose a que en la mañana en la intervención que tuvo Becerra intercambió los apellidos de Juan Carlos Aguirre Macías, a quien nombró como ‘Juan Carlos Macías Aguirre’.
“La vemos muy perdida”
A pesar de todos los llamados de atención, a Carolina Vaquero se le permitió intervenir, pero advirtieron que el trascurso del día debía hacer llegar “esa delegación” que le daba autoridad para responder y dar informe en la audiencia.
La intervención fue muy atropellada, donde la contadora, no tenía fluidez en las palabras ni en lo que estaba narrando y las respuestas a las preguntas eran muy confusas.
El magistrado intervino en medio del discurso para exponer que a la parroquia se le habían hecho unas preguntas “muy precisas” con respecto a la fosa común, el ‘osario número 1’ “¿cuántos cuerpos hay en esa fosa? Nos gustaría saber la cifra”. En ese momento no hubo respuesta, a lo que el magistrado concluye: “Doctora Carolina, la vemos muy perdida e insisto: es una falta de respeto para con las víctimas”.
Por lo anterior los magistrados de la JEP, dieron tres días hábiles, que se vencen el próximo martes, para que la parroquia, haga llegar la información al despacho del tribunal.