La muerte de los menores Esteban Álvarez y Esleider Asprilla desató total rechazo e indignación en las barriadas de la capital antioqueña. La muerte de los menores Esteban Álvarez y Esleider Asprilla desató total rechazo e indignación en las barriadas de la capital antioqueña. LA NACIÓN, AFP Centenares de colombianos marcharon este miércoles en la Comuna 13, barriada del noreste de Medellín , para rechazar la tortura y asesinato de dos niños de 11 años en esta área deprimida por parte de pandillas. Vestidos con camisetas y globos blancos los habitantes de esta barriada protestaron de manera pacífica con carteles exhibiendo mensajes como mensajes “Paz en la comuna 13” y “Respeto a la vida y la infancia” en repudio por la muerte de los menores Esteban Álvarez y Esleider Asprilla. “Estamos conmovidos por estas muertes. Queremos fuera de nuestros barrios a las pandillas y bandas. Que se vaya la policía y Ejército también porque no sirven para nada”, dijo Janoy Martínez, un hombre que teme sus tres hijos puedan ser reclutados o asesinados por pandillas o bandas criminales. Álvarez y Asprilla, de 11 años, fueron retenidos el sábado pasado por supuestos pandilleros cuando cruzaron del barrio de su residencia hacia otro vecino, infringiendo una “frontera invisible”, según denuncian pobladores de la Comuna 13. “Un niño que los acompañó al otro barrio, y que regresó golpeado pero con vida, nos dijo que tres tipos los subieron a una camioneta y castigaron por haber traspasado a su zona”, explicó Martínez. El pasado lunes investigadores de la Fiscalía encontraron los cuerpos de los menores de edad desmembrados y con signos de tortura en una fosa común, ubicada en zona rural de la Comuna 16, barriada del noreste de Medellín. “Vamos reforzar la seguridad e investigar este cruel asesinato. Vamos a ofrecer una recompensa y buscar a los responsables”, dijo el comandante de la Policía de Medellín, general José Guzmán. Diversas pandillas y bandas criminales, que libran una sangrienta batalla por el control del mercado de la droga en esta ciudad, han fijado límites para zonas de actividades ilícitas y dominios, que se han denominado “fronteras invisibles”. Cientos de pandilleros, criminales y pobladores han muerto en la última década por traspasar estas zonas sin autorización de los grupos violentos en las marginales comunas al noreste de Medellín, segunda ciudad en importancia en Colombia. Medellín vivió en las décadas de 1980 y 1990 una enorme oleada de violencia derivada de las actividades de narcotraficantes, principalmente de Pablo Escobar, abatido por la Policía en 1993. 
Aspectos de la marcha realizada en la capital antioqueña.
