El régimen conoció anticipadamente, el propósito de la Marcha Patriótica, sus promotores y objetivos. Los medios facilitaron los señalamientos tendenciosos, hechos con el propósito de intimidar y disuadir potenciales participantes e incentivar rechazo nacional. Quizá, el Régimen usufructuario del poder político y económico, fue sorprendido por el éxito participativo y lo será, por la perspectiva de calar en la conciencia de las mayorías, el derecho a participar en las decisiones del poder y que la pobreza, el desplazamiento, la miseria y su insignificancia social, es responsabilidad única, de quienes han gobernado esta nación. El subcontinente latinoamericano, es el más inequitativo del globo y Colombia figura con mayor inequidad, en la distribución del ingreso y en la participación de oportunidades. Las cifras son aberrantes. El 70% de los trabajadores recibe menos de 2 salarios mínimos. El 53% menos de uno. El 86% de mesadas pensionales, va al 20% más alto, el 1% al 40% más bajo. En Colombia, mayores de 60 años pensionados, el 25%, en Argentina el 45%, en Chile el 55%, en Brasil el 75%. El 0.4 de propietarios, poseen títulos del 61% de las mejores tierras cultivables y predios superiores a 500 Hás. 2.428 familias controlan el 53% de las tierras cultivables. 2.2 millones de familias campesinas sobreviven en el resto. El resto de familias no tienen nada. Hay más de 9 millones de familias colombianas. De 20 millones de trabajadores, 6.5 millones son cotizantes. 2.2 millones al ISS (prima media) y 4.5 millones a Fondos de Pensiones. Menos del 35%, logrará pensionarse. Pero los fondos ya acumulan más de $120 billones. Más del 60% de los trabajadores están en la informalidad. Mientras la mayoría de países latinoamericanos, han reducido significativamente la pobreza y el desempleo, Colombia está estancada, por culpa de sus gobernantes. Es, a grandes rasgos el panorama económico-social nacional, frente a las despistantes cifras oficiales de crecimiento económico, dominadas por la minería a mano de conglomerados extranjeros, que muy poco o nada dejan de la riqueza nacional que extraen, con la complacencia y beneplácito de los dueños del poder económico y político. Esta inocultable realidad nacional, es la responsable de las Marchas Patrióticas. En las principales ciudades del mundo, los Indignados, protestan por la concentración de la riqueza, en pocas manos y el incierto futuro del 99%, excluido del ponqué plutocrático. Las mayorías latinoamericanas, han soportado siglos de opresión y exclusión y pobreza. El despertar presente, debe permear a todo ciudadano honesto y sensato y potenciar el imperio de la equidad. El Régimen debe interpretarlas las Marchas Patrióticas, como legítima respuesta al derecho de las mayorías, a despertar, a buscar nuevos horizontes y nuevas condiciones de vida, por fuera del régimen que secular mente ha dominado y le ha impuesto las condiciones socio-económicas que padece, además de la corrupción, la impunidad y la descomposición moral generalizada, que la burocracia cómplice, a manera de farsantes inocentes, oculta. Así estamos.