Se supo, en las últimas horas que, al comandante del Ejército en la época Uribe, se le había prohibido el ingreso a los Estados Unidos producto de información creíble sobre la presunta participación de Mario Montoya en el caso de los mal llamados falsos positivos o ejecuciones extrajudiciales. A esto se le sumó lo ocurrido hace un par de semanas donde el representante a la Cámara uribista Polo Polo cometió un grave hecho de discriminación y acto para borrar la memoria contra las madres de los falsos positivos.
Inmediatamente, los bodegueros uribistas salieron a decir que los falsos positivos no eran ciertos, pero rápidamente se vieron como estúpidos; algunos más dijeron que sí eran ciertos, pero que no fueron 6.402 casos como lo dijo la JEP. Y de ahí en adelante comenzaron una justificación vergonzosa de tremenda atrocidad. Está columna, con datos, muestra la magnitud del fenómeno y que, la posverdad de la que tanto hablan ellos, es fácilmente derribada con un simple trabajo de investigación.
Las ejecuciones extrajudiciales se refieren a aquellos casos en los que las fuerzas militares colombianas asesinaron civiles inocentes y desarmados, los vistieron con prendas de uso militar y los hicieron pasar como guerrilleros muertos en combate. Todo con el objetivo de elevar los resultados operacionales y hacerle creer a la sociedad colombiana en esos buenos resultados y, a su vez, causar miedo con un enemigo que supuestamente era muy poderoso.
Los datos del Ministerio de Defensa dicen que para 2002, cuando llegó Álvaro Uribe, las Farc, por ejemplo, tenían 18 mil miembros y, para 2010, cuando salió Uribe, la cifra había bajado a poco más de 9 mil. Obviamente, hay una capacidad de reposición de tropa y para esos años las Farc implementaron comisiones de reclutamiento para mantener tropa. Igualmente, en esos años hubo fuertes enfrentamientos con grupos paramilitares, lo que los llevó a perder mucha tropa.
El mismo Ministerio de Defensa dice que, entre esos mismo años, se desmovilizaron más de 14 mil miembros de las Farc, fueron capturados más de 15 mil y abatidos cerca de 10 mil, es decir, las cifras son tan infladas que se diría que las Farc desaparecieron y se reconstruyeron más de dos veces en esos años. Igual se puede decir de los datos del ELN.
Eso significa que abatieron civiles y capturaron inocentes; con esos datos inflados convencieron a millones de incautos que votaran por ellos. La cifra de 6.402 podría ser más alta, pero la cifra de inocentes capturados es inmensa y con ello el Estado deberá pagar miles de millones de pesos de indemnizaciones. La Política de Seguridad Democrática para muchas personas y familias fue una verdadera tragedia. Tal vez, Algeciras en el Huila es muestra de ello.