El presidente panameño, Ricardo Martinelli, aseguró que el Estado tiene responsabilidad en la muerte de nueve recién nacidos causada por una intoxicación aguda mientras estaban en un hospital público de la capital.
"Yo sí creo que el Estado tiene la responsabilidad" por la muerte de los neonatos, dijo Martinelli a periodistas durante un acto público.
El pasado 19 de agosto autoridades locales confirmaron que los nueve bebés fallecieron por intoxicación "aguda" con alcohol bencílico. Ocho murieron entre el 12 y el 17 de junio pasado en la sala de neonatología del hospital Arnulfo Arias Madrid de la Caja del Seguro Social (CSS).
Un noveno caso sucedió un mes después, en las mismas instalaciones.
"Cuando ha habido un fallecimiento o algo que es por culpa de alguien de la institución o por culpa de la institución, el Estado tiene que salir al frente", añadió el mandatario.
Incluso recomendó a los familiares para que "se pongan las denuncias respectivas y se hagan las investigaciones adecuadas".
El caso ameritó que las autoridades panameñas pidieran colaboración a la Organización Panamericana de la Salud y al Centro para el Control y Prevención de Enfermedades en Atlanta (Estados Unidos).
"Si fue una persona que no hizo bien su trabajo obviamente vamos a tener que tomar medidas, o si fue algo que nosotros no hicimos en el proceso también", agregó por su parte el director de la CSS, Guillermo Sáez-Llorens.
Según Humberto Mas, director del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, dependiente de la fiscalía panameña, los restos del alcohol bencílico, un componente del medicamento heparina, fueron encontrados en la orina de los bebés fallecidos.
La heparina es un anti coagulante que en Estados Unidos se usa con recomendaciones de precaución en pacientes prematuros.
La fiscalía panameña adelanta investigaciones para determinar si hubo un delito de "homicidio culposo" en la muerte de los neonatos.
El hospital Arnulfo Arias ya fue escenario de otro escándalo, cuando en 2011 decenas de personas murieron a causa de una superbacteria conocida como Klebsiella pneumoniae carbapenemasa (KPC).
En 2006 decenas de personas murieron y cientos resultaron intoxicadas tras ingerir un jarabe expectorante para hipertensos y diabéticos, que terminó siendo un veneno contaminado con "dietilenoglicol", un producto de uso industrial, no apto para consumo humano.