De acuerdo con cifras de la Policía Nacional, en lo corrido del año se han presentado 53 feminicidios en todo el país, de los cuales 12 fueron en Bogotá.
Redacción Web/LN
Al menos 53 mujeres han sido víctimas de feminicidio en lo que va corrido de este año, según datos oficiales de la Policía Nacional. De estos, 12 casos se presentaron en Bogotá, y aunque se refleja una disminución de registros en comparación con el mismo periodo de 2022, las alarmas continúan encendidas por la exacerbación de las violencias basadas en género (VBG).
Tan solo el día de la madre se presentaron tres feminicidios en el país, uno en Bogotá, otro en Santa Marta y uno más en la cárcel de Cómbita, Boyacá, en donde un hombre que cumplía una condena de 34 años por feminicidio asesinó a su novia durante una visita.
Érika Aponte, Gloria Domínguez y Merly Andrea Rengifo fueron las víctimas más recientes de esta violencia estructural en contra de mujeres y niñas. A ellas, se suman los nombres de Jackeline Álvarez, Yared Pomares, Gina Paola Bocanegra, Melisa Toro, Mariana Rueda, Valentina Trespalacios, Angélica Treco, Jeidy Herrera, Dora Ortiz, María Camila Plazas y cientos de mujeres más.
Aunque en Colombia el feminicidio está tipificado como un delito autónomo gracias a la ley 1761 de 2015, las medidas de prevención se quedan cortas a la hora de proteger a las mujeres en riesgo. Lamentablemente, el panorama de las violencias basadas en género parece cada vez más gris.
¿Un problema estructural?
Tal vez el primer paso para entender la realidad de las violencias basadas en género sea el hecho de nombrarlas como lo que son; dejar de llamar “crímenes pasionales” a los feminicidios, o de tildar de “enfermos mentales” a los feminicidas.
Cargar de responsabilidad a la víctima suele ser mucho más sencillo que señalar al victimario, y esto se ve reflejado en el manejo que se les da a estos temas desde la institucionalidad, desde la opinión pública e, incluso, desde la esfera social.