La Nación
COLUMNISTAS

Mayúscula deuda. Por Jorge Guebely

El comentario de Elías

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Hace 124 años surgió la voz aún viva de José Eustasio Rivera y nos abrió horizontes hacia el ser humano. Superó el falso esplendor independentista, el encantamiento de una revolución únicamente política que dejó intacto el espíritu colonialista. Los colombianos “de bien” siguieron empleando el lenguaje de colonos españoles hasta bien entrado el siglo XX. Lo hacían así porque pensaban así, y pensaban así porque les convenía actuar así. La independencia nunca generó una revolución cultural, nunca transformó la conciencia colectiva. Sólo aspiraba a cambiar de gobierno, no de cultura, ni de ser humano. (La suerte del Huila fue menos favorable, el espíritu colonial dominó hasta los 60’s del siglo pasado, cuando proliferaron las idas liberales, las de izquierda le dieron otro tono, y llegaron algunos nadaístas a subvertir el orden moral de la colonia). Rivera participó de la saga que transformó el estancamiento cultural latinoamericano y colombiano. Lo antecedió el modernismo, poesía de espíritu romántico, bella experiencia del ser humano; también de aliento simbólico y parnasiano, con influencia de Hugo y Heredia, de Novalis y Holderlin. Era universal, festejaba el pasado visible en el presente, ‘Amo más que a la Francia de los griegos / la Grecia de la Francia’, escribió Darío. También lo precedió Silva, la delicadeza hecha poesía, espíritu cosmopolita francés en Colombia, capaz de decir: ‘el contacto furtivo de tus labios de seda’, verso de estirpe verleniana. Pero la voz del huilense los trascendió, superó el lenguaje modernista, rehusó llenar sus poemas con marquesas y reyes exóticos, con faunos y sátiros. Optó por la imagen construida con boas, caballos, águilas, palomas, percepción del trópico: ‘Ante el ágil relámpago de una piel de pantera’. En vez de la Grecia antigua, vimos selvas, ríos, montañas, cordilleras: ‘Un crepúsculo inmenso la imponencia realza’. En vez del tono delicado de Silva, utilizó uno vigoroso, directo, poblado de voracidad: ‘En el bloque silente de la audaz cordillera / el cóndor soberano los jaguares devora’. Logró aclimatar una nueva lengua en gran extensión de América Latina, más cerca de nuestra realidad. Con ella, la literatura comenzó a hablar en suramericano, perspectiva aún más intensa en la novela. Su voz nos ayudó a desentrañar el ser humano que somos y la sociedad en donde vivimos. ¡Mayúscula deuda! Ese hombre nació hace 124 años en Aguascalientes, actual municipio de Rivera.Vivió poco pero contribuyó mucho. Le debemos enorme gratitud, aun cuando muchos huilenses lo ignoren, y algunos a penas lo intuyan, y pocos lo sepan. lunpapel@gmail.com