Miguel Olaya, de 52 años de edad, es la víctima, quien sufrió diferentes golpes y contusiones en el rostro, cuello, orejas, manos y abdomen, castigado por los dos delincuentes, quienes la víspera lo visitaron, se cortaron el cabello, para tratar de robarle un millón de pesos y algunas joyas.
Según contó el agredido, con el orgullo afectado y el cuerpo peor, “el sábado un muchacho llamado Camilo, de unos 20 años, estuvo en mi peluquería cortándose el cabello. Me dijo que era soldado profesional, que venía de Caquetá, y después intercambiamos números celulares. El domingo, al otro día, ese mismo joven pasó por la casa. Entonces le pregunté que si había desayunado, y le ofrecí un café con leche”.
Ganada la confianza de Olaya, el victimario, que había ingresado a la vivienda, aprovechó un descuido y con un palo golpeó en la nuca al hombre, quien adolorido cayó al suelo: “Sentí un golpe muy fuerte, me caí al suelo. Cuando intenté levantarme, se me vino encima a golpearme en la cara. Entonces me di cuenta de que había entrado a la casa otro muchacho. Entre los dos me golpeaban y me preguntaban por la plata, que dónde tenía el dinero, las cosas de oro”.
En medio del forcejeó, uno de los delincuentes tomó un cargador de un portátil y se lo colocó en el cuello a Miguel, quien trataba de respirar, mientras el otro se encontraba buscando en la cocina un cuchillo para asesinarlo.
“Ellos gritaban que tenían que matarme, porque les habían visto la cara. Uno fue a buscar un cuchillo, pero no encontró. Cuando pude medio hablar, les dije que se llevaran todo. Les indique donde estaba la llave para abrir la vitrina y sacar la plata. Me quitaron todas las cosas de oro y plata que tenía”, explicó.
Tras una hora y media de espanto y dolor, los hombres salieron de la vivienda, dejando amarrado de manos y pies al estilista, quien, en medio de los gritos de pánico, logró llamar la atención de uno de sus vecinos, quien corrió a auxiliarlo.
De inmediato el testigo dio aviso a las autoridades, que se trasladaron hasta la vivienda, con el fin de recoger el testimonio de Olaya, quien les suministró unos vídeos de las cámaras de seguridad de la peluquería y un celular, que dejó abandonado uno de los delincuentes en el afán de escaparse llevándose el botín.
Los tenía hospedados
El coronel Juan Carlos León, comandante de la Policía Metropolitana de Neiva, informó que, tras conocerse el suceso, unidades de la Sijín abrieron una investigación con el fin de establecer las identidades de los responsables y su paradero.
“Lo que se ha podido saber es que el señor afectado invita a esos dos muchachos al municipio de Aipe, donde los tenía alojados en una habitación de una especie de hotel, y allí los mantiene durante tres días”, señaló.
Agregó que “el día antes de los hechos el señor ingresa con uno de los jóvenes, como que lo duerme, y es cuando le abre la puerta al otro. Parece que cuando van a cometer el robo, el señor no se deja, ahí es donde se presenta un forcejeo y la agresión”.
La víctima, quien señaló ante un medio de comunicación local que desconocía a los agresores, reportó a las autoridades el hurto de un millón de pesos en efectivo y cerca de tres millones de pesos en objetos de valor.
Los uniformados de la Sijín, que adelantan las investigaciones, cuentan con unos vídeos de las cámaras de seguridad del salón de belleza, donde se observan los rostros de los delincuentes.
En una cámara de seguridad quedaron registrados los rostros de los delincuentes.
En esta peluquería ubicada en el barrio San Isidro de Aipe, ocurrieron los hechos.
