Las denuncias formuladas por varios de los aspirantes a las gerencias de los hospitales del Huila no pueden pasar de agache. Las denuncias formuladas por varios de los aspirantes a las gerencias de los hospitales del Huila no pueden pasar de agache. Las afirmaciones sobre supuestas manipulaciones, direccionamiento, filtración de las pruebas, entre otros aspectos, deben examinarse con lupa. Las aseveraciones de algunos médicos, según las cuales, la meritocracia resultó, en esta oportunidad, una pantomima considerando pactos secretos y ofrecimientos anticipado a los virtuales ganadores, debe ser un campanazo de alerta. Buscando una mayor transparencia se adoptó los concursos públicos para asegurar el acceso de los mejores, soportados en el mérito y en las calidades personales y profesionales de quienes aspiran. Por eso sorprende que ahora no sólo estén los políticos presionando los nombramientos de sus fichas. Llamó la atención algunas denuncias sobre la supuesta intervención de los comercializadores de medicamentos para imponer a sus candidatos en las instituciones de salud. Aunque no se aportaron datos, las autoridades deben investigar las denuncias. Pero también a los propios participantes. Los procesos adelantados por las universidades no es tampoco garantía. El secreto está en escoger a las más idóneas y no la que cobre más barato. Este último criterio prima en muchos casos para escoger universidades de garaje, que terminan prestándose para todo tipo irregularidades. ¿Por qué en el Huila no se escogió a universidades de gran peso, con gran trayectoria en evaluación de personal? Los estándares mínimos para el desarrollo de los procesos para la conformación de las ternas, deben revisarse. En muchos casos, sus alcances se quedaron rezagados y limitados en aspectos formales que difieren de la función pública. Las debilidades para examinar las hojas de vida, más allá de los certificados que presenten, es otra falencia. No es raro, como ya ocurrió en el Huila, que uno de los concursantes, quien apareció con una alta calificación, haya presentado certificados falsos. Y que pese a haber sido retirado de la entidad vuelva a concursar en casi todas las convocatorias que se han hecho. Increíble. Para nadie es un secreto la existencia de un grupo de aspirantes permanentes que se presentan a todas las convocatorias, que se han especializado en participar a todos los cargos, en todas las regiones, sin el peso específico que se requiere y sin la vinculación a la región. Y muchos de estos personajes terminan siendo agentes de los comerciantes de medicamentos, con la capacidad económica para imponer candidatos foráneos en todas las regiones. La pasada convocatoria realizada por el Sena, marcó una diferencia. Además de limitar las calidades específicas para desempeñar los cargos, impuso como requisito obligatorio la vinculación permanente con la región y la prohibición expresa para participar en más de una convocatoria. Pero además el concurso lo dirigió la Universidad Nacional con un sello de garantía. Aunque la meritocracia es un gran avance que hay que defender y fortalecer, es necesario que se perfeccione para evitar que las mañas terminen eclipsando sus loables propósitos y se conviertan en normas obsoletas y en acelerada decadencia. “Aunque la meritocracia es un gran avance que hay que defender y fortalecer, es necesario que se perfeccione para evitar que las mañas terminen eclipsando sus loables propósitos y se conviertan en normas obsoletas y en acelerada decadencia”. Editorialito El Acuerdo para la Prosperidad Cafetera, realizado en Pitalito, marcó un avance para la protección de los pequeños productores. La vinculación de los municipios es otro punto de partida para consolidar este sector promisorio.