Vuelve y juega, los paramilitares son comodín del Gobierno y los designaron gestores de paz.
De inmediato el Centro Democrático salió a criticar el nombramiento; el grupo político que en el pasado los alabó, hizo un proceso de paz con ellos y los recibió como héroes en el Congreso de la República, le parece que no está bien que se ocupen de esas funciones.
Los que se quedaron callados fueron los del Pacto Histórico que permanentemente rechazaron cualquier negociación con esos grupos al margen de la ley y se constituyeron en los principales críticos del trato que les dieron en la época de la seguridad democrática.
“vivir para ver” dice el viejo refrán, quienes en el pasado eran incuestionables aliados de los paras hoy los rechazan y quienes eran sus más feroces opositores ahora los tienen como gestores de paz, eso no pasa en Macondo, es Colombia, el país donde persistentemente la paradójica realidad sobrepasa la ficción.
La explicación es muy simple, cada uno los ha usado según sus intereses y los paracos se han acomodado a cada momento. Es una simbiosis para obtener réditos políticos que interesa a los dos, ahí no caben los principios o valores, ni mucho menos importan las víctimas, es lo que conviene al Gobierno de turno y, por eso, debe hacerse a como dé lugar y pasando por encima de quien sea.
Sin duda lo que demuestran una vez más tales actitudes es que los extremos son idénticos así se esfuercen por diferenciarse. Por eso, el Centro Democrático rechaza lo que hace el gobierno encabezado por el Pacto Histórico, que no es diferente a lo que hicieron los primeros cuando gobernaron.
A su vez, el presidente: “Gustavo el críptico”, entonces vehemente censor del Centro Democrático, hace lo mismo que no le parecía correcto cuando era senador y sus obsecuentes seguidores lo aplauden.
No es incoherencia, no debemos equivocarnos en eso, es una decisión basada en la necesidad de mostrar algo en la denominada “Paz total” que no va para ningún lado, quedando como evidencia incuestionable de la incompetencia de quien nos gobierna y sus áulicos.
Mero interés del Gobierno de turno, de la oposición y de los propios paracos, aunque a estos últimos no sería raro que los dejen “colgados de la brocha”. El Pacto Histórico los usará hasta que les sirvan a sus intereses, luego los desecharán como hizo el Centro Democrático. Quedarán esperando que venga otro gobierno y los acomode en donde más le convenga, en últimas no pierden nada.