“Acuérdate que polvo eres y en polvo te convertirás”. Con esta frase la Iglesia Católica en todo el mundo invita a sus feligreses a reflexionar acerca del deber de la conversión, recordando la irremediable caducidad y efímera fragilidad de la vida humana. Y es que hoy los católicos comienzan a vivir el tiempo de Cuaresma, con el Miércoles de Ceniza, por lo que en todas las parroquias y capillas se realizará la tradicional ceremonia.
Enlas mismas, habrá imposición de cenizas como signos de arrepentimiento para empezar a vivir los misterios de la vida de Jesús, en camino hacia la Pascua la Resurrección.
Es tiempo en el que se practica el ayuno y la abstinencia de carne, se efectúa el rito de la imposición de la ceniza en la cabeza de los fieles. Se trata de las cenizas de los ramos de olivo del año anterior.
“El signo es penitencial, por eso el sacerdote, al imponer estas cenizas, dirá: ‘Acuérdate que polvo eres y en polvo te convertirás’, una frase que proviene del libro del Génesis y que recuerda a todo hombre y mujer su condición limitada y mortal y que debe poner su confianza en el Señor, único Dios”.
LA CUARESMA
La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia Católica para prepararse a la fiesta de la Pascua. “Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo”.
La Cuaresma dura 40 días: comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo.
El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.
De acuerdo con el catolicismo, en la Cuaresma, Cristo invita a cambiar de vida. La Iglesia invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas.
“Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios”.
La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia. En esta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.