La muerte de Carlos es consecuencia del actuar del gobierno de la gente, mismo que declara como objetivo a los “dirigentes del Centro Democrático en el pueblo”. El que dice potenciar la vida mientras además de coca; siembra extorsión, secuestro y muerte en todo el territorio.
No creo en un gobierno que escudado en ideologías marchitas, pretende mediante trinos y panfletos, poner en riesgo la existencia de quienes en democracia, luchan contra visiones que atormentadas en las regiones, construyen callejones sin salida para la educación, bienestar social, infraestructura, reactivación económica y la política.
Ante la desbordante realidad, en Colombia se debería crear el ministerio de la lucidez, con el único objetivo de que el ministro, le hable al oído al presidente y le haga poner los pies en la tierra para que se concentre menos en la retórica y más en la simple decencia que como primer mandatario tiene que tener para gobernar.
La inseguridad y temor se ha convertido en un clamor popular que se extiende por todos los departamentos, sin embargo, que el Huila hoy tenga la ciudad más violenta y con mayor tasa de homicidios en el país, es un hecho que además de preocupar a los huilenses, debe desvelar a toda la nación, porque lo que antes ocurría en regiones apartadas, hoy en el “gobierno del cambio” se trasladó a una ciudad como Pitalito, la cual registra 46 homicidios, seis de ellos un fin de semana.
Lo anterior, además de constituir el doble de asesinatos que hubo en 2023, son la huella de la falta de mano dura que debe existir para enfrentar a bandidos y terroristas quienes a falta de estrategia, inteligencia e innovación, en cabeza del primer mandatario y jefe de las fuerzas armadas, aprovechan las banderas del progresismo para continuar acorralando al comerciante, campesino, turista y líder comunitario que no proclame este pensamiento.
Como he denunciado desde hace meses; a Carlos Eduardo Cerquera, mi amigo y ex candidato al Concejo en el municipio de La Plata, lo mató el gobierno de la demagogia, el mismo que prometió un cambio en primera, pero en primera medida para los disidentes quienes revivieron el secuestro; como el reciente caso del ganadero Álvaro Losada, que se suma a los muchos otros que por miedo e inoperancia no se denuncian, es decir un PETROCESO.
Hago un llamado en el caso del Concejal José Yesid Guinand, quien en Santander, está amenazado. Este, no porque sea del Centro Democrático, sino porque en el gobierno “democrático de la vida” casos como el de Carlos, no pueden suceder.