¡Monseñor Froilán llegó a su casa!

Humilde, servicial, comprometido, estudioso y con una devoción infinita desde sus primero años de vida, es el nuevo Obispo de la Diócesis de Neiva. Humilde, servicial, comprometido, estudioso y con una devoción infinita desde sus primero años de vida, es el nuevo Obispo de la Diócesis de Neiva. Monseñor Froilán Casas Ortiz llegó ayer a la ciudad, a la que siempre ha sentido como su propia casa y en la que disfrutó de algunas vacaciones cuando aún era un joven estudiante de seminario. GINNA TATIANA   PIRAGAUTA G. LA NACIÓN, NEIVA Desde sus primeros años de vida Monseñor Froilán Casas Ortiz quiso ser sacerdote. Sus hermanos recordaron que el nuevo Obispo de la Diócesis de Neiva, en sus juegos infantiles realizaba procesiones y predicaba la palabra. El impulso lo tuvo de su señora madre Carlina Ortiz. La matrona siempre anheló que alguno de sus hijos siguiera los caminos de la fe cristiana y lo impulsó para que desarrollara un trabajo de servicio, basado en la honestidad y la sensibilidad social. “Mi madre fue muy espiritual. Le inculcó a Froilán la religión católica, la solidaridad y la honradez. Insistió en que fuera un hombre de bien y ocupó un papel fundamental en su vocación. Lo acompañó hasta cuando fue párroco en la iglesia Santa Bárbara de Tunja, cuando falleció”. Estanislao Casas, su padre, fue el eje de la familia. Ganadero de temperamento fuerte, boyacense recio y un luchador incansable, soñó siempre con que sus hijos llegaran muy lejos. En Saboya tenía una finca y una casa en las afueras del pueblo. Sin embargo, Estanislao construyó con mucho esfuerzo otra casa en Bogotá, para que sus hijos estudiaran juntos y salieran adelante. Elvira, la inseparable hermana menor de Monseñor, abogada de profesión, casada con un jurista y madre de tres hijos, confesó que la relación con su hermano fue muy estrecha desde que eran unos niños. “Froilán y yo fuimos los menores de la familia. Cuando nacimos mi madre tenía más de cuarenta años de edad y mi padre pasaba de los cincuenta años. Fuimos muy queridos, muy adorados por ellos. No conocimos ninguna penuria porque mis padres ya estaban viejos y mis hermanos hechos. Nos tocó un poco más fácil”. Cuando el joven sacerdote se ordenó, ella se trasladó con su familia a la casa cural y acompañó de cerca su vida clerical. Sus hijas dieron sus primeros pasos en la iglesia. En las tardes y en las noches se reunían en las alejadas parroquias boyacenses y jugaban damas chinas o parqués. Monseñor Froilán fue un papá más para las niñas, las cuidó cuando estaban enfermas y les enseñó a hablar en francés. El hombre Monseñor nació en Chiquinquirá (Boyacá) el 21 de mayo de 1948, pero por la violencia su familia se radicó en Saboya. Elvira lo define como un hombre inteligente, sencillo, inmejorable compañero y un gran director espiritual. Con mucho carisma, grandes amigos y brillantes ideas. Estudioso y humilde. “No porque sea Obispo es un santo, pero entiende a la humanidad. Dice que habla solamente el italiano y el francés, pero recorriendo Europa con él me di cuenta que maneja muy bien el inglés y el alemán. Si lo invitan a una casa humilde allá va, si lo invitan a una casa muy elegante también va. El Huila se ganó un gran hombre, que va a evangelizar todos los rincones de la región”. José Joaquín Casas, abogado, casado, padre de dos hijos y hermano de Monseñor, aseguró que el nuevo director espiritual de Neiva es generoso, expresivo, solidario y con una especial sensibilidad social. “Tiene una permanente comunicación con todas las personas. Es coherente con la iglesia y con el mensaje de Dios en la tierra. Se acomoda a las circunstancias en donde está. Tiene un gran corazón. Colabora mucho con la actividad social para las clases menos favorecidas. Conoce muy bien las enseñanzas de Jesucristo, las aplica a su formación espiritual y así se las enseña a su feligresía”. María Encarnación Casas de Rojas, la hermana mayor de la familia, casada, docente y pensionada, afirmó que Monseñor Froilán es estricto, recto y dedicado completamente al servicio de Dios y del prójimo. “Se ordenó a los 23 años y se distinguió siempre por ser un gran orador. Goza leyendo mucho, tiene una biblioteca grandísima que sufre para trastear de un lugar a otro. Ha viajado por muchos países”. “El lema de su escudo es confesar y perdonar. Es un pastor. Cuando estaba de rector del seminario decía que sus muchachos eran más importantes que las instalaciones físicas, que tenía que ser un buen padre para los jóvenes. Noté que los seminaristas sintieron mucha alegría por su nombramiento, pero un gran dolor por su partida”, recordó Elvira. Neiva Álvaro Casas, abogado, casado con Cecilia Trujillo, padre, abuelo y hermano mayor, se radicó en el Huila hace más de 45 años donde se desempeñó como Director de la Oficina de Impuestos Nacionales. Hoy es el jefe de la Oficina Jurídica de Comfamiliar Huila y ejerce como jurista. Su permanencia en el Huila permitió que Monseñor visitara a Neiva desde sus primeros años de edad, en las vacaciones del seminario y en sus primeros años como sacerdote. “El Huila no es una tierra extraña. Froilán llegó a su casa. Lo conoce desde hace muchos años. Todos los hermanos nos encontrábamos aquí. Llevamos mucho tiempo comiendo achiras”. Recibimiento Muy puntuales y con sus mejores galas llegaron ayer al aeropuerto Benito Salas de Neiva, decenas de feligreses, seminaristas, sacerdotes, estudiantes y trabajadores de la ciudad. Con pancartas, presentes y mucha expectativa, los asistentes que anhelaban conocer y saludar a Monseñor Froilán Casas Ortiz, el nuevo obispo de la Diócesis de Neiva, aguardaron las tres horas de retraso que se presentaron en el vuelo, por las difíciles condiciones climatológicas registradas en Bogotá. En la sala de espera se encontraba además una pequeña delegación boyacense. La familia de Monseñor Casas no pudo ocultar su emoción y orgullo por el nombramiento que realizó el Papa Benedicto XVI.  A su arribo a Neiva junto al Cardenal Pedro Rubiano, el senador boyacense Jorge Hernando Pedraza e importantes prelados de la Iglesia Católica, saludó a las delegaciones de la parroquia de Granjas, de Ecapetrol y de Comfamiliar Huila. En la Plaza de Banderas de la Gobernación, Monseñor Froilán recibió con afecto las palabras de bienvenida de la gobernadora del Huila Cielo González Villa y del alcalde de Neiva Pedro Hernán Suárez, quien le entregó las llaves de la ciudad. El nuevo Obispo de Neiva aseguró en su primer discurso en tierra huilense, que se requiere una ética en todas las actuaciones de los gobernantes. Recordó sus primeros viajes a Neiva y ofreció un arduo trabajo de evangelización y amor. En el acto se encontraba además Monseñor José de Jesús Pimiento Rodríguez, el primero obispo de Neiva. Formación Monseñor Froilán Casas Ortiz realizó su secundaria en el Seminario Menor de Tunja y en el Colegio Santo Tomás de Aquino de Bogotá. En el Seminario Conciliar de Tunja cursó los estudios eclesiásticos de Filosofía y Teología. Fue ordenado presbítero por Monseñor Augusto Trujillo Arango, Arzobispo de Tunja el 9 de diciembre de 1972, en Saboya. Es licenciado en Filosofía y Ciencias Religiosas de la Universidad Santo Tomás. Es especialista en Docencia Universitaria de la Universidad Santo Tomás. Tiene maestría en Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma y diplomado de Auditor de Calidad e instructor de empresas en el Sena. Doctor en Teología de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Los servicios pastorales los desempeñó como Vicario Colaborador de la Parroquia de Muso, Vicario Colaborador de la Catedral de Tunja, Delegado de la Pastoral Juvenil y Vocacional de la Arquidiócesis de Tunja, formador en el Seminario Conciliar de Tunja, Capellán del Sena de Tunja. Párroco en Santa Bárbara y San Laureano de Tunja. Director del Sena del Centro de Comercio y Servicio Regional de Boyacá, Director del Sena Regional Boyacá, Director del Centro de Formación Colombo-italiano. Asesor de relaciones interinstitucionales de la Universidad de Boyacá. Rector del Seminario Conciliar de Tunja y Vicario de Religiosos de la Arquidiócesis de Tunja.