El largo camino recorrido por las mujeres en búsqueda de condiciones igualitarias, de equilibrio en las relaciones sociales, de acceso a las mismas oportunidades de que han gozado los hombres sigue siendo inconcluso y con varios asuntos pendientes en esta deuda histórica que la humanidad –es decir la otra mitad de la humanidad– tiene con el género femenino. Y en ese camino aún tenemos indicadores preocupantes y dolorosos: la pobreza entre la población femenina es 15 por ciento superior a la de toda la población; de cada 50 horas trabajadas por ellas, 30 son sin remuneración y aunque Colombia y, en general, los países de América Latina avanzan en las estrategias para la reducción de la pobreza, la situación de las mujeres no mejora al mismo ritmo del promedio total. De acuerdo con el más reciente informe de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), el índice de pobreza femenina está por encima del total de cada país.
Lo que detallan los expertos es que si bien las mujeres son mayoría, el 50,9 por ciento de la población latinoamericana, y ha habido un notorio incremento de mano de obra femenina en el mercado laboral, ellas siguen rezagadas frente a los avances contra la pobreza. En todos los países del continente, la tasa de pobreza de las mujeres de 20 a 59 años de edad excede en un 30 por ciento o más a la de los hombres de edad similar.
Y en el caso colombiano, donde la pobreza total asciende al 32,7 por ciento, entre las mujeres es de 37,6 por ciento, es decir casi cinco puntos porcentuales por encima del promedio. En cuanto al tiempo dedicado al trabajo, los investigadores de la Cepal establecieron que, en promedio, ellas laboran más horas semanales que los hombres y la situación se repite en todos los países. En Colombia, mientras la población femenina trabaja 19,5 horas a la semana, por las cuales recibe una paga, dedica otras 29,1 horas a actividades que no le generan un solo peso, especialmente aquellas del hogar que –injustamente– nunca se han considerado como factor laboral y menos salarial. Y la brecha también se nota en la cifra de desempleo, que para las mujeres es en la región de 7,9 por ciento en tanto que solo afecta al 5,6 por ciento de los varones; en cuanto a Colombia este indicador de desocupación general es del 10 por ciento, mientras que entre las mujeres sube a 14,5 por ciento. Mientras tanto, solo el 8,2 por ciento de los hombres están desocupados.
Y ni qué decir de las condiciones para las mujeres en el campo; los expertos de la Cepal señalan que, mientras la proporción las que no tienen ingresos propios en la región es de un 30,4 por ciento en las áreas urbanas, en las rurales llega a un 41 por ciento. La brecha de género sigue muy amplia.
“Si bien las mujeres son mayoría, el 50,9 por ciento de la población latinoamericana, y ha habido un notorio incremento de mano de obra femenina en el mercado laboral, ellas siguen rezagadas frente a los avances contra la pobreza”
Editorialito
Muy destacado que el presidente Juan Manuel Santos haya regresado al Huila un mes después para examinar los avances de los programas de inversión con los que se comprometió. Pero además para reiterarle a los productores que los acuerdos para resolver la crisis agraria se están ejecutando.