Las graves quemaduras de segundo y tercer grado que había sufrido en su humanidad, el interno Sigifredo Ossa Bonilla, le ocasionaron finalmente la muerte en las últimas horas.
El detenido murió en el Pabellón de Quemados del Hospital Simón Bolívar de Bogotá, adonde había sido remitido. El ataque del que fue víctima el interno, se produjo la noche del pasado martes en la celda uno del patio tres de la Cárcel del Distrito Judicial de Neiva, ubicada en el municipio de Rivera.
Diagnóstico no era alentador
En torno a las afectaciones sufridas por el interno, José Antonio Muñoz, subdirector técnico científico del Hospital Hernando Moncaleano, expresó en su momento que el paciente ingresó en malas condiciones generales de salud, “tiene una quemadura extensa en su cuerpo que abarca el 75%, las lesiones son grado II y III que le afectaron la cara, tronco, abdomen y extremidades”. Además producto de las lesiones, presentaba afectaciones en los riñones.
Según un especialista consultado, respecto a los tipos de lesiones sufridas por Sigifredo, las quemaduras de segundo grado afectan tanto la capa externa como la capa subyacente de la piel, por su parte las de tercer grado penetran todo el espesor de la piel y destruyen el tejido.
El ataque
En relación al demencial hecho en el que resultó herido el detenido, Juan Carlos Reyes, director de la Cárcel de Neiva, indicó, “el pasado martes se presentó una pelea entre dos compañeros de celda. Allí un interno incendió una colchoneta y se presentó una conflagración, donde resultó quemado uno de los detenidos”.
Después del hecho, el interno herido fue trasladado al Hospital Universitario Hernando Moncaleano de la capital huilense, y de allí remitido a Bogotá.
Estaba “encerrado” por tráfico de estupefacientes
Ossa Bonilla, fue detenido en un puesto de control por una patrulla de la Policía Metropolitana de Neiva en el año 2015, cuando se movilizaba en un bus de servicio público con 58 kilos 875 gramos de marihuana. El sujeto venía de El Doncello, Caquetá.
La ‘droga’ estaba envuelta con plástico transparente y negro, distribuidos en paquetes de diferentes tamaños, en cinco cajas de cartón, y valorados en $8.832.000.