En Villavieja, integrado al circuito turístico de La Tatacoa, se encuentra el Museo del Totumo, una casa que alberga toda clase de figuras hechas a mano y que recuerdan cómo era la vida de nuestros ancestros, quienes utilizaban las totumas como enseres de cocina. En Villavieja, integrado al circuito turístico de La Tatacoa, se encuentra el Museo del Totumo, una casa que alberga toda clase de figuras hechas a mano y que recuerdan cómo era la vida de nuestros ancestros, quienes utilizaban las totumas como enseres de cocina. FERNADO POLO C. LA NACIÓN, NEIVA Entrar al Museo del Totumo en Villavieja es hacer un recorrido por la cocina de las abuelas, donde las totumas y cucharones tenían un sitial privilegiado por el servicio que prestaban. Quién no ha arribado a una finca y lo han recibido con una totumada de guarapo o de agua de panela fresca. Todos esos recuerdos llegan a la mente cuando se tienen en frente las más de 200 artesanías que exhibe Gabriel Rodríguez, en la casa Museo del Totumo, donde se puede encontrar desde una manilla hasta una bien elaborada guitarra o un cuadro que cuenta una historia de los indios Totoyoes, todo elaborado con el fruto de esta planta. Los trabajos que reposan en el museo han participado en eventos artesanales tan importantes como el de Corferias en Bogotá, y el del Encuentro de Artesanos de Medellín, donde ha dejado en alto el nombre del departamento. “La idea me nació de ver el gran potencial de figuras que se pueden elaborar con el totumo. Dependiendo del fruto se le da la forma, como puede ver, elaboro animales, instrumentos, utensilios, insectos, y con la madera del árbol se hacen los muebles”, expresa Rodríguez. En la casa museo todo es totumo, los bafles del equipo de sonido son un par de grandes calabazos de totumo, la cocina cuenta con más de 50 figuras entre las que se cuentan: vasos, tenedores, cucharas, bandejas, y las tradicionales totumas que sobresalen en la vajilla artesanal. Escuela Gabriel tiene la idea de formar una escuela y enseñarle a los jóvenes de Villavieja el arte del totumo, para garantizar que una vez él no esté el museo siga funcionado y de paso genera recursos para los aprendices, porque las figuras que elabora no dan abasto para surtir los pedidos que le llegan de diferentes partes del país. “Quiero capacitar jóvenes para que me ayuden en la producción, en este momento no doy abasto con los pedidos que me hacen. Los que quieran yo los capacito sin ningún ánimo de lucro, la idea es que aprendan y formar paralelamente al museo una gran empresa que pueda abastecer la demanda de artesanías de totumo”, cuenta el artesano. El negocio ha resultado tan bueno que Gabriel ya no sale a buscar los totumos al monte, sino que tiene su propio cultivo, donde deja que los frutos tomen formas exóticas, dependiendo de la pieza que vaya a elaborar. “Tengo un cultivo de 100 palos de totumo, especialmente de totuma larga de muy buena calidad, que es la que se necesita para las diferentes formas de artesanías. Para algunos trabajos no cualquier material sirve, los insectos por su forma hay que buscar material que dé las medidas”. El taller La gran herramienta que tiene Gabriel en el taller es su imaginación, una vez que sabe lo que quiere, lleva la pieza al viejo banco de trabajo donde con la ayuda de una cierra y varios rollos de lija, las totumas van tomando forma hasta quedar impecables para ser exhibidas en las vitrinas del museo. Los precios de las artesanías oscilan entre los 5.000 y 50.000 pesos, algunas piezas que se hacen por encargo tiene un valor superior, como los instrumentos musicales, atriles, jarrones y cuadros. El artesano también viene trabajando en un proyecto con el Municipio para que se articule el turismo del desierto de La Tatacoa con el museo, en donde el objetivo es posicionarlo como un destino más dentro del circuito turístico de la zona. “La idea es que el museo sea reconocido nacional e internacionalmente, que el que venga a Villavieja no se quede sin conocerlo, porque esto es como un patrimonio de la gente de aquí. Ya he tenido ofertas de personas que se lo quieren llevar para otra parte, pero yo digo que no, porque el museo es de los villaviejunos”, concluye el artesano. La representación de la familia elaborada en totumo es una de las más solicitadas por los visitantes del museo. En el Museo del Totumo se elaboran desde manillas hasta sofisticados instrumentos musicales. El escorpión y los insectos del desierto son representados en totumo. En su humilde taller Gabriel Rodríguez talla las totumas hasta darles la forma que quiere, para luego exhibirlas en las principales ferias del país. Los utensilios de cocina son de los más populares y la misma gente de Villavieja los compra para el uso cotidiano. Las frutas decorativas tienen gran demanda en las ferias a las que asiste el artesano Gabriel Rodríguez. La figura de la Virgen la han comprado turistas extranjeros para llevarla como recuerdo de su visita a Villavieja. Con los troncos del arbusto de totuma se elaboran piezas para colgar las mismas figuras y enseres.