Pueden preparar desde ya movilizaciones y tratar de mostrar en las calles un tibio respaldo a Gustavo Petro, quien cumple sus dos primeros años este 7 de agosto, pero el país y el Huila no son torpes. Menos ciegos. Si le preguntan a la congresista Florita Perdomo dirá que al Presidente le ha ido de cine. O mejor a ella que le vota al Gobierno todo a ciegas, encantada a cambio de migajas de mermelada y arrodillada sin vergüenza alguna.
Si le consultan a Leyla Rincón dirá lo mismo, aunque ella no ha sabido sacar provecho de su poder porque no tiene las agallas de la primera y porque las prebendas las reclama el gerente de Coomotor, Armando Cuéllar, quien no tiene votos, pero sí habilidad. O, ¿por qué se quedó con la Electrificadora del Huila sin tener partido político, sin poner votos y sin ser clave para las reformas en el Congreso?
La región no tiene nada que agradecerle a Petro. Ni siquiera Rodrigo Villalba, Germán Casagua y los 36 alcaldes que en sus primeros siete meses buscan con desespero cómo llegar al Gobierno Nacional y jalonar recursos para sus municipios. Pero se encuentran con una Casa de Nariño desordenada, que no mira a las regiones ni al país porque el Presidente parece ocupado en resolver sus escándalos personales y por corrupción de la UNGRD.
Carlos Ramón González, la ficha directa de Armando Cuéllar con el palacio presidencial, salió de la Unidad Nacional de Inteligencia y tendrá que responder a la justicia porque fue el ‘cerebro’ del pago de las coimas a los expresidentes del Senado, Iván Name, y la Cámara, Andrés Calle.
Vladimir Fernández, quien recibía a los opitas en la alfombra roja, hoy está en la Corte Constitucional. Y Roy Barreras, quien consiguió algunos votos en la región, es embajador en Reino Unido. Prueba de la desconexión con las regiones ocurrió el 14 de febrero de 2024 cuando Rodrigo Villalba y Germán Casagua visitaron el despacho de la entonces ministra del Deporte, Astrid Rodríguez. Dos días después la sacaron del cargo y se perdieron las achiras y los elogios.
Villalba, a través de Flora Perdomo y el Partido Liberal, busca conseguir recursos, pero no es fácil. El senador Miguel Ángel Pinto fue más listo y se quedó con la Uspec, mientras el alcalde Germán Casagua está pegado del exalcalde de Medellín, Daniel Quintero, más preocupado porque la Procuradora Margarita Cabello busca destituirlo y frustrarle su aspiración a la Presidencia en el 2026.
En otras palabras, no hay un doliente en la Casa de Nariño. Y el Huila, Neiva – que tampoco tendrá la PTAR- y el resto de los municipios pasarán aceite en los próximos dos años si no logran meterse por las ramas y buscar recursos con algunas entidades descentralizadas o internacionales.
Como si fuera poco, el país y el departamento atraviesan en medio de la incertidumbre económica y los serios problemas de seguridad. Entonces, ¿hay que agradecerle al Presidente en sus dos primeros años?