Son muy pocos los ciudadanos que en Neiva respetan las señales de tránsito y que obedecen estrictamente la normatividad existente. La cultura del incumplimiento y la irresponsabilidad vial ha permeado en todas los estratos sociales, mientras la ausencia de campañas ciudadanas incrementa el problema. Autoridades responden. Son muy pocos los ciudadanos que en Neiva respetan las señales de tránsito y que obedecen estrictamente la normatividad existente. La cultura del incumplimiento y la irresponsabilidad vial ha permeado en todas los estratos sociales, mientras la ausencia de campañas ciudadanas incrementa el problema. Autoridades responden. SERGIO REYES LA NACIÓN, NEIVA El incumplimiento de las normas de tránsito en Neiva está al orden del día. En la ciudad se ha normalizado que los motociclistas, conductores de colectivos o de automóviles privados giren en donde no deben, hablen por celular, lleven sobrecupo, se pasen los semáforos en rojo o parqueen en lugares indebidos. Las autoridades de tránsito y transporte no dan abasto con tanto infractor, mientras que brillan por su ausencia las campañas permanentes de cultura ciudadana en las calles y avenidas de la capital del Huila. Los conductores se acostumbraron a quebrantar las normas y los que las respetan son la excepción. Durante un día, LA NACIÓN realizó un seguimiento fotográfico a los conductores neivanos y evidenció que los infractores no sólo ponen en riesgo su vida, sino la de cientos de ciudadanos. ‘No podemos tener un guarda en cada esquina’ La secretaria de Tránsito y Transporte de Neiva, Deicy Martina Cabrera, aseguró a LA NACIÓN que las infracciones de tránsito son del diario vivir de la ciudad. “Hemos incrementado el control operativo y la sensibilización hacia la comunidad para crear conciencia, que las infracciones de tránsito no son solo una burla a la norma, sino un riesgo para la vida misma de la persona que la comete y de terceros, actores de la vía”. “En enero de este año hicimos cerca de 1.600 comparendos y en julio reportamos 4.600 infracciones. Se ha triplicado la capacidad operativa. No podemos tener un guarda en cada esquina, ni para cada persona. Tiene que haber un compromiso ciudadano. Estamos dando unas líneas rectoras y llamando a la solidaridad, porque convivir en la ciudad implica esperar, dar prelación, obedecer el semáforo y disminuir los riesgos sobre las personas”. “Los accidentes pueden pasar. La exigencia del cinturón de seguridad, del casco y de otros protectores busca que en estos casos, se cause el menor impacto en las personas y que las lesiones sean leves, reduciendo la tasa de muerte por accidentes de tránsito en la ciudad”. Contravenciones más frecuentes De acuerdo con la Secretaria de Tránsito de Neiva, las contravenciones más frecuentes se generan por no tener los documentos al día, especialmente los motociclistas; no llevar el casco o llevarlo sin abrochar; pasarse los semáforos en rojo; no portar o no tener la licencia de conducción, este último caso genera dos desacatos diferentes. Este puente de la Avenida La Toma es utilizado por los motociclistas como vía, a pesar de la evidente prohibición. Fotos Sergio Reyes El giro que prohíbe voltear hacia la izquierda es ignorado por motociclistas y conductores. El motociclista que lleva un tráiler con una larga escalera, no sólo pone en riesgo su vida, sino la de terceros. La cultura del incumplimiento de las Normas de Tránsito se ha extendido a todos los estratos y edades. Este vehículo que lleva sobrecupo y mala señalización de la carga, se parqueó sobre la ciclo ruta. Los menores se exponen peligrosamente en este vehículo bajo la complicidad de los conductores. Este ciudadano expone su integridad física y su vida mientras labora. La ausencia de una cultura ciudadana incrementa la problemática vial en la ciudad.