El regreso a la libertad del joven, Duván Andrés Barrera Ceballos, quien permaneció 12 días secuestrado en jurisdicción del municipio de Garzón, debe alegrar a los huilenses. Se trata de una persona que ha logrado escapar de las ‘garras’ de ese delito abominable. Se suma este hecho a la liberación también sano y salvo del agricultor Álvaro Losada, quien había sido secuestrado en El Pital, Huila, y permanecía en poder del frente Hernando González Acosta de las disidencias de las Farc.
Como es de conocimiento público, los secuestradores del joven Duván Andrés acondicionaron una cueva como lugar de cautiverio, de donde logró escapar. Según las propias autoridades, la víctima estaba en poder de un grupo de delincuencia común organizada que exigía el pago de $1.000 millones a cambio de su regreso.
Además de la hilaridad que produce el retorno a su hogar de este joven garzoneño, la Policía, el Ejército y la Fiscalía General de la Nación deben continuar con sus labores de investigación para identificar y poner a buen recaudo de la justicia a los determinadores y autores materiales de este caso de secuestro ocurrido el pasado mes de septiembre. Y se debe hacer cuanto antes porque no se puede descartar que, frustrado este hecho, esta banda delincuencial prepare un nuevo secuestro en el centro del departamento del Huila.
Frente a un delito tan escabroso como el secuestro, no puede haber contemplaciones ni concesiones hacia los victimarios ni mucho menos vacilaciones a la hora de judicializarlos y condenarlos. Por eso, es clave que el Gaula Militar y el Gaula de la Policía Huila no bajen la guardia y ante cualquier alerta o denuncia, actúen de manera inmediata.
El secuestro es un episodio que atenta contra la dignidad no sólo de quien lo sufre sino de toda su familia y allegados.