Cerca de 300 niños y niñas en condición de vulnerabilidad gozaron con los juegos, bailes, pintucaritas, regalos y comida navideña que prepararon para ellos los estudiantes de Medicina de la Universidad Surcolombiana. Cerca de 300 niños y niñas en condición de vulnerabilidad gozaron con los juegos, bailes, pintucaritas, regalos y comida navideña que prepararon para ellos los estudiantes de Medicina de la Universidad Surcolombiana. El programa extramural busca fortalecer los lazos afectivos de los pacientes para que gocen de una infancia más saludable. GINNA TATIANA PIRAGAUTA G. LA NACIÓN, NEIVA La celebración de la Navidad se anticipó para cerca de 300 niños y niñas en condición de vulnerabilidad, por 
iniciativa de los estudiantes de Séptimo Semestre de Medicina de la Universidad Surcolombiana, quienes además les brindaron a los pequeños asistencia médica durante el semestre académico que culmina. En el albergue infantil Mercedes Perdomo de Liévano, la música, los concursos, émulos, regalos, pintucaritas, dulces y comida navideña, hicieron parte de la especial fiesta que se gozaron hasta el cansancio los niños y niñas, que diariamente afrontan privaciones económicas y en muchos casos maltrato físico, sexual, violencia intrafamiliar, desplazamiento o la influencia de grupos ilegales. Rafael García Murcia, docente universitario, aseguró que el proyecto de pediatría social de la Universidad 
Surcolombiana inició hace 22 años. “Es un programa extramural que busca sensibilizar al estudiante con la problemática de nuestra sociedad. Cada semana visitamos entidades que trabajan con niñez vulnerable y socializamos los problemas médicos. Vamos a las comunidades, conocemos sus problemáticas y trabajamos la educación y prevención de la salud”, manifestó García. Para el docente universitario, la fiesta de Navidad es un complemento en el desarrollo social de los infantes. “Cuando uno se adentra en la problemática de estos niños, especialmente en los albergues, encontramos un reflejo de nuestra sociedad: maltrato, abandono, violencia intrafamiliar o social. A través de 
estas actividades los apoyamos para resocializarlos”, expresó. “Incorporamos a los niños con actividades lúdicas. Ellos hacen su fiesta. Nosotros simplemente los coordinamos y hacemos la gestión con algunas personas y empresas que durante 22 años han apoyado este evento”, aseguró García. A pesar del apoyo que les brindan algunas empresas privadas y personas bondadosas, el proyecto quiere garantizar el transporte de los pequeños hasta la fiesta semestral, ya que en junio también se realiza un sampedrito. “Tal vez con los colegios que tienen buses o con alguna entidad, como el Bienestar Familiar o la Caja de Compensación Familiar. En esta oportunidad muchos niños de surorientales y del Caguán no pudieron venir 
porque no tuvieron para el transporte”, aseguró García. Libardo Guilombo, estudiante de Medicina, manifestó que la actividad con los niños es una tradición en el que se construye un espacio de sano esparcimiento y diversión. “Con los niños trabajamos durante todo el semestre en la parte de salud, así como en el área psicológica y social. Para culminar les brindamos una fiesta en la que no faltan los regalos, el refrigerio y las sonrisas. Un niño que tiene un buen desarrollo durante su infancia va a desarrollar una gran personalidad y va a ser un buen ser humano. Mucho mejor que si los reprimen todo el tiempo. Aquí los motivamos y construimos un espacio para que se diviertan, aprendan, corran, salten, griten, de tal manera que puedan llevar un desarrollo infantil normal”, manifestó el estudiante universitario. Recuadro: Noche de velitas anuncia la Navidad Anoche, los fieles católicos neivanos conmemoraron una de las tradiciones más antiguas en Navidad: la noche de las velitas. Con fervor y mucha alegría, niños, jóvenes y adultos engalanaron los frentes de las casas con velas y faroles celebrando la víspera de la fiesta de la inmaculada concepción y así dando inicio a las festividades navideñas. La tradición además de iluminar mágicamente las calles de la ciudad, permitió un encuentro familiar y religioso para fortalecer el espíritu navideño de los neivanos.
