La Nación
“No es la primera vez que Sanitas incumple con las órdenes médicas” 1 15 septiembre, 2024
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“No es la primera vez que Sanitas incumple con las órdenes médicas”

Desde el trágico accidente que dejó a Jairo en estado de cuadriplejía hace ya cuatro años, Ana Lucía, su madre ha recorrido un camino lleno de obstáculos con las EPS de Neiva, lidiando con “dilaciones y desaires” que han puesto en riesgo la calidad de vida de su hijo. “Estoy supremamente cansada de estar llamando a la Supersalud, pidiendo que intervengan”, dice Ana Lucía.

 

 

María Alejandra Ruíz Mallungo

@amperiodista

 

Para Ana Lucía Celis, no ha sido fácil lidiar con las “dilaciones y desaires” de las Eps de Neiva, desde el año 2020, cuando su hijo, Jairo Steven Sabogal Celis, sufrió un accidente mientras pasaba un rato con sus amigos, cerca de un río, donde en medio de la euforia Jairo, se lanzó desde una parte alta en caída libre hacia el agua, pero lamentablemente cayó mal, lo que le ocasionó lesiones en las vértebras, desde C2 hasta C6, provocando que no pudiera volver a tener autonomía en el movimiento de su cuerpo.

Al inicio de su ‘travesía’, Jairo inició tratamientos con la Eps Medimás, donde encontró muchos obstáculos para acceder a las terapias y medicamentos necesarios para un tratamiento adecuado. Posteriormente, fue trasladado a la Eps Sanitas, donde, según cuenta Ana Lucía, también ha tenido que enfrentar “una rogadera” para recibir los insumos requeridos, pues estos suelen cometer errores en las autorizaciones de los mismos. A pesar de que Ana Lucía, ha exigido que arreglen la situación, ya se cumplen 3 meses donde no ha habido respuesta satisfactoria para los Celis.

“A raíz de un accidente que tuvo aproximadamente hace cuatro años, quedó en estado de cuadriplejía. Desde ese momento, siempre hemos tenido inconvenientes, (primero) con la EPS a la que inicialmente estuvo asignado (y) actualmente con Sanitas, donde se nos ha presentado situaciones problemáticas desde casi el momento en que nos vincularon allí”, expresó Ana Lucía.

‘La odisea’

Debido a los constantes inconvenientes que han enfrentado Jairo y su madre para acceder de manera oportuna a los implementos y medicamentos indispensables para mejorar la calidad de vida del joven, se vieron en la necesidad de recurrir a la acción de tutela, un mecanismo de protección que permite a las personas acudir ante las autoridades judiciales para salvaguardar sus derechos cuando sienten que están siendo vulnerados.

Para el caso de Jairo, se interpuso una acción de tutela integral, que, al menos en teoría, busca evitar que sus derechos sean violados. El documento ordena a quien corresponda otorgar y garantizar la atención médica integral para Jairo Steven Sabogal Celis, que incluye no solo los medicamentos y servicios prescritos por el médico tratante, sino también todos los procedimientos, consultas médicas, exámenes y demás asistencia médica y no médica que necesite para aliviar sus padecimientos y vivir conforme al principio de dignidad. Asimismo, se exige un tratamiento continuo, es decir, prestado de forma ininterrumpida, completa, diligente, oportuna y con calidad.

Sin embargo, como se dice coloquialmente, “del dicho al hecho, hay mucho trecho”. Según Ana Lucía, la EPS Sanitas no ha sido consecuente con esta obligación. Además de cometer errores en las órdenes para reclamar los insumos, afirman que están cumpliendo lo requerido, según expresa la madre.

“No es la primera vez que Sanitas incumple con las órdenes médicas que le exige el médico tratante. Yo inicié un incidente por desacato contra Sanitas porque mi hijo tiene tutela de tratamiento integral. Solicité iniciar el incidente en el juzgado, pero la verdad es que eso no ha funcionado para que ellos entreguen los insumos”, dijo la madre.

Alto costo

A Jairo se le debe realizar diariamente un cateterismo vesical, que consiste en la extracción oportuna de la orina y material fecal, por lo que necesita implementos como pañales con un costo de $75.000, pañitos húmedos por $12.000, jabones antibacteriales valorados en $30.000, guantes limpios por $40.000, guantes estériles por $50.000, y cuatro cajas de sondas prelubricadas al mes, cada una avaluada en $700.000. También requiere cremas Marley por valor de $70.000, entre otros elementos necesarios para realizar esta labor bajo condiciones adecuadas, lo que implica un costo mensual aproximado de 3 millones de pesos.

“He tenido que trabajar gran parte del tiempo como independiente; vendo yogures y tamales. Me he movido en diferentes actividades para poder conseguir el sustento, porque no tengo quién me ayude”, expresó Ana Lucía. Actualmente tiene un trabajo estable, sin embargo, los recursos siguen siendo insuficientes para costear los tratamientos y cuidados de su hijo.

 

“¿Para qué sirve la Supersalud?”

Desesperada para que sus quejas y peticiones sean escuchadas, Ana Lucía ha tenido largas charlas con los encargados de atender al usuario de la Superintendencia Nacional de Salud (Supersalud), entidad encargada de vigilar, inspeccionar y controlar el sistema de salud colombiano.

“Estoy supremamente cansada de estar llamando a la Supersalud, pidiendo que intervengan….¿Cómo es posible que la EPS sepa que no ha hecho entrega de los insumos y siga dilatando la situación? Y peor aún, que la Supersalud, que supuestamente protege los derechos de los usuarios, no tome cartas en el asunto. ¿Cuál es la función de la Supersalud?”, explicó Ana Lucía a LA NACIÓN.

No hay insumos

Aparte de la situación con la EPS Sanitas y la falta de acciones por parte de la Supersalud, Ana Lucía tiene que enfrentar la insuficiencia de varios insumos que Jairo necesita y que no ha podido reclamar, pues no se encuentran en las droguerías Cruz Verde, colaboradora de la EPS y encargada de la entrega de medicamentos a los usuarios, lo que ha generado varios “pendientes” o insumos por entregar.

“Primero, Cruz Verde me generó un pendiente hace más de un mes, relacionado con sondas y guantes estériles. ¿De qué me sirve ir cuatro o cinco veces a Cruz Verde? para que me digan lo mismo, es frustrante”.

Ahora que trabaja tiempo completo, la madre no tiene quién haga esa función, pues la cuidadora que le ha otorgado la IPS Health and Life, solo está permitida para atender dentro del hogar. Ana María ha pedido que le lleven los insumos hasta el hogar, esta petición tampoco ha tenido respuesta.

“No entiendo por qué esto ha sido siempre un problema constante con Sanitas, la Supersalud y Cruz Verde”, expuso Ana Lucía.

En verificación

Sobre el caso, la EPS Sanitas, desde su oficina de comunicaciones, respondió que “el caso está siendo verificado por el equipo regional” de Sanitas, ya que “no es tan sencillo” debido a los más de 5 millones de usuarios a nivel nacional que tiene esta prestadora de servicios de salud.