La Unión Europea aprobó una nueva ronda de sanciones contra Siria para desmoronar financieramente al régimen de Bashar al Asad, por la sangrienta represión contra las revueltas populares que se iniciaron hace un año en el país. BRUSELAS (AFP) – La Unión Europea aprobó una nueva ronda de sanciones contra Siria para desmoronar financieramente al régimen de Bashar al Asad, por la sangrienta represión contra las revueltas populares que se iniciaron hace un año en el país. “La Unión Europea está cada vez más horrorizada por la situación en Siria, donde el régimen prosigue con su campaña brutal de represión contra la población civil”, indicó un comunicado divulgado durante una reunión de ministros de Relaciones Exteriores de los Veintisiete en Bruselas. La nueva batería de sanciones apunta a congelar los depósitos del Banco Central sirio y la mayoría de transacciones con esa entidad, además de prohibir las importaciones a la Unión Europea de oro y el comercio de metales preciosos producidos en ese país. Siete ministros del régimen sirio quedarán incluidos en la lista negra de personas a las que se prohíbe la visa de ingreso a la UE. Con éstas, 150 personas, consideradas responsables de la represión, fueron sancionadas de esta manera. Las sanciones vetarán también los vuelos de carga procedentes de Siria aunque se permitirán los de pasajeros, para que los ciudadanos europeos que se encuentran en Siria puedan regresar a sus países. Las sanciones “ejercerán más presión contra los responsables de la campaña brutal de represión en Siria y apuntan a atacar al régimen por su horrible violencia contra los civiles”, dijo la jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton. “Mientras continúe la represión, la UE continuará imponiendo sanciones”, advirtió. Sin embargo, los europeos no lograron imponer la prohibición de la compra de fosfatos, una de las fuentes de riqueza de Siria, ante la oposición de Grecia, uno de los principales compradores, indicó una fuente diplomática. Las sanciones fueron aprobadas un día después del referéndum en el que los sirios votaban una nueva Constitución. Pero mientras los sirios votaban, el régimen acentuaba su represión en numerosas ciudades. “El referéndum de ayer no engañó a nadie”, dijo el ministro británico William Hague al llegar a Bruselas. “Convocar una consulta popular y al mismo tiempo abrir fuego contra los manifestantes es algo que le quita credibilidad a los ojos de todo el mundo”, añadió. Los obuses siguieron cayendo sobre Homs, la capital rebelde devastada por más de tres semanas de bombardeos. Más de 7.600 personas, la mayoría civiles, han muerto en los episodios de violencia desde que estalló la revuelta en Siria en marzo de 2011, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). El gobierno sirio utiliza diversas tácticas, como el envío de tropas militares con tanques y helicópteros artillados, así como también francotiradores. Europa ha reiterado en varias ocasiones su llamado al cese de la violencia en Siria y a la dimisión de Al Asad. “La UE reconoce al (ndlr: principal grupo opositor) Consejo Nacional Sirio (CNS) como un legítimo interlocutor”, añadió el comunicado de la UE. La secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton exhortó el viernes a la comunidad internacional a presionar a Rusia y China, que bloquean una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU de condena a la violencia. Sin embargo, tanto China como Rusia, que tienen profundos lazos políticos, económicos y militares con Siria, rechazaron las declaraciones de la secretaria de Estado. “No podemos aceptar eso (…) el mundo exterior no debe imponer” su plan de solución de la crisis, declaró el portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores, Hong Lei. Siria se está quedando cada vez más aislada. La Liga Árabe impuso a comienzos de año un paquete de sanciones económicas contra el régimen. De momento, el Gobierno sirio habla de “traición” y parece decidido a seguir utilizando al Ejército para sofocar la revuelta que atribuye a “una conspiración extranjera”.