Con la llegada de un nuevo año se reabre el debate en torno a la actualización de las tarifas de los peajes existentes en las vías nacionales. En el caso huilense, el tema de los peajes no deja de levantar ampolla, al existir malestar en torno a los avances que han tenido las obras del nuevo peaje que operará entre los municipios de Hobo y Gigante. Sumado a esto, enfrentamos un “bloqueo” de $17.100 para circular libremente hacia o desde el norte del departamento y del país (en el caso de vehículos particulares). Tarifa que no se acompasa con el estado de las vías, donde existen tramos con huecos que amenazan la seguridad vial.
Al respecto, considero que más allá de quedarnos discutiendo sobre algo que no va a cambiar, los huilenses debemos trabajar en el fortalecimiento y el desarrollo de otras alternativas de transporte. Así, por ejemplo, estimo que vale la pena explorar los efectos que podría tener la implementación de una política de cielos abiertos, en las dinámicas de precios y oferta de tiquetes aéreos en el departamento y en otras regiones del país que históricamente se han visto afectadas por la baja e inexistente competencia de aerolíneas. ¡Es inaudito que un tiquete aéreo desde o hacia Neiva, supere valores de tiquetes internacionales!
En el ámbito ferroviario, no podemos bajar la guardia respecto de los avances y cambios en el proceso de construcción y rehabilitación de las vías férreas al interior del departamento, así como su articulación con los proyectos que se impulsan desde el nivel central, como lo es, el Plan Maestro Ferroviario. Opino que el departamento y la región se podrían beneficiar en diferentes niveles con la entrada en operación de líneas de carga y transporte de personas. Dentro de estos beneficios, se puede destacar el retiro progresivo de vehículos pesados de las carreteras, lo cual se traduciría en menores costos de mantenimiento de la infraestructura vial.
De último y no menos importante, también debemos prestar especial atención a los proyectos para hacer navegable el río Magdalena, en el marco del Plan Maestro Fluvial. En resumen, tenemos que poner manos a la obra, para fomentar el desarrollo de nuevas alternativas de transporte, para disminuir nuestra dependencia en las carreteras y concesiones.