La Nación
Operando a corazón abierto 1 14 septiembre, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Operando a corazón abierto

En su última alocución, el Presidente de la República abordó un tema bastante delicado y espinoso, el relativo al régimen tarifario del servicio público de energía eléctrica. En concreto, me gustaría destacar dos temas mencionados: (i). El de la autogeneración familiar y (ii). La propuesta de cambiar la fórmula tarifaria del servicio de energía eléctrica. Temas en los que, en mi opinión, descansa el verdadero cambio hacia un sistema más justo y limpio, como procederé a exponer.

Para comenzar, debemos tener en cuenta la multitud de actores que hacen posible que la energía eléctrica llegue a nuestra cotidianidad. En el caso de la energía eléctrica debemos hablar de generadores, transmisores, distribuidores y comercializadores. Como lo podrán imaginar, cada uno de estos actores desarrolla su función con la finalidad de obtener un lucro de la misma, pues en su gran mayoría se trata de empresas privadas, que al final del día deben pagar nóminas, impuestos y repartir utilidades a los socios que arriesgaron su capital para entrar a competir en el mercado. Todo esto, para concluir que, a mayor intermediación, mayor los costos del respectivo servicio. Es en este punto, donde modelos de autogeneración, como el propuesto por el Presidente, adquieren una relevancia mayúscula. Bajo estos modelos, las familias pueden generar su propia energía e “intercambiarla” con otras familias. En otras palabras, se está frente a un modelo en el que las familias o unidades residenciales podrían desplazar a los generadores, comercializadores y distribuidores. Como lo he mencionado en diferentes columnas, ciudades como Neiva se podrían beneficiar de proyectos de comunidades energéticas basadas en energía solar. Sea esta la oportunidad para invitar a las alcaldías del departamento y a la misma gobernación, a que presentemos proyectos pilotos al gobierno nacional, aprovechando el momento y el interés presidencial.

Ahora bien, a pesar de que pueda existir una buena intención de hacer más justo el sistema y de tener herramientas para hacerlo posible (como es el caso de las comunidades energéticas), se debe advertir que los cambios y las intervenciones por parte del ejecutivo, especialmente, en el ámbito tarifario, se deben hacer con la mayor delicadeza posible, pues al igual que en una cirugía de corazón abierto, toda acción u omisión podría llevar a que el “paciente” se nos muera. En este caso, ya podrán imaginar las consecuencias de que el sistema eléctrico colombiano se “infarte”. Concluyo reiterando la invitación a que seamos pioneros en la presentación de propuestas piloto al gobierno nacional.