El oro es una devoción. Buscar el preciado metal es una muestra de fe en las montañas de Íquira, occidente del Huila, desde donde salió el oro para el Premio Nobel de Paz entregado al presidente Juan Manuel Santos. Tal vez por eso los asociados a la Cooperativa Multiactiva Agrominera de este municipio han llamado a algunos socavones San José, La Milagrosa o Santa Ana.
Para llegar a los túneles es necesario poner la doble tracción porque los caminos son muy pendientes y angostos. Los mineros llegan en motos y las dejan a expensas del viento frío que viene de esos altos cerros donde se cultiva café o se practica la ganadería. Van vestidos de tela azul tipo jean y cascos equipados con linternas.
Son ellos los encargados de extraer las vetas de donde finalmente sale el oro que se está exportando a Francia y de allí a diferentes países del mundo. El procedimiento es el siguiente: hacer un barreno (orificio entre la piedra donde se pone la pólvora) y activar la explosión.
Del material resultante se saca el estéril (lo que va al respaldo de la mina) y se ‘carca’ la mina, es decir, limpiar la veta. Luego hay una nueva explosión y esas rocas se trasportan hasta la planta de beneficio.
La cooperativa está certificada Fairmined o minería justa desde noviembre de 2014 por la organización Alianza para la Minería Responsable y gracias al acompañamiento del Sena. Esto se traduce en mejores condiciones de seguridad, cuidado del medio ambiente y garantías para los trabajadores.
Este tipo de minería les ha permitido a los 42 asociados- 35 hombres y 7 mujeres- mejorar el comercio del oro y que cada gramo vendido obtenga un valor adicional, exactamente 4000 dólares por kilogramo.
Ole Bjorn Fausa, director ejecutivo de Samlerhuset y dueño de la Casa de la Moneda de Noruega, dice que “el oro de Íquira es un orgullo del mundo”. Confesó sentirse impresionado por el grupo minero. “Se ve que son muy responsables en temas de seguridad, medio ambiente y los trabajadores”, expresó en su reciente visita al Huila para visitar las minas.
NOBEL, DOBLE TRIUNFO
La medalla del Nobel de Paz a Santos no es la primera vez que el oro de Íquira es usado para momentos icónicos en el mundo. En el 2015 fue la primera vez que hizo parte de tal acontecimiento y en el mismo año la Palma de Oro del Festival de Cine de Cannes llevaba el metal de origen huilense.
Samlerhuset dice que el Premio Nobel de la Paz 2016 es una doble victoria para Colombia y la afirmación se sustenta en que el oro es colombiano (parte de Íquira y parte de La Llanada, Nariño).
“Esto tiene un valor simbólico especial para los mineros y el país, donde el sector minero se caracteriza por la informalidad generalizada y donde grupos armados ilegales han utilizado el negocio minero para financiar el conflicto y lavar dinero”, afirman en su página web.
Don Luis Alfredo González González, representante legal de la Cooperativa Multiactiva Agrominera de Íquira, opina muy similar.
“Que este no sea solo un elogio para la Cooperativa sino que sea la oportunidad para que el Gobierno ponga los ojos en esta zona del Huila azotada por cultivos ilícitos, en este municipio con alto grado de vulnerabilidad, para que lleguen procesos en beneficio de toda la comunidad”, dijo.
Él reconoce la importancia de que la medalla Nobel se haya esculpido con oro de ellos. Cree que es una manera de aportar un granito de arena- varios de oro- a la construcción de la paz en Colombia. Y la tarea no para allí.
PARA SUDÁFRICA
Ole Bjorn Fausa vende medallas coleccionables a gobiernos y casas de moneda. En noviembre pasado empezaron a enviar piezas hechas con oro de Íquira a Eslovaquia y República Checa. Y contó un secreto a LA NACIÓN y a los mineros. Su empresa- con sede en 14 países- está en conversaciones con la Fundación Nelson Mandela. La intención es usar su oro certificado en la conmemoración de los cien años de esta organización en Sudáfrica.
“No solo vamos a comprar mucho oro sino que también lo vamos a promover en otros gobiernos que tienen un plan de suministro. Hace unos años aprendimos que solo el 20% del comercio de oro del mundo está basado en la minería artesanal. Tenemos que tomar mayor responsabilidad al decidir dónde compramos nuestros materiales”, expresó.
Kennet Porter, líder de desarrollo de negocios Fairmined de la Alianza para la Minería Responsable, considera que la Cooperativa Multiactiva Agrominera de Íquira es un ejemplo para el país y el sector minero en especial ya que demuestran que la minería a pequeña escala se puede hacer respetando las buenas prácticas.
“Antes ellos vendían al comprador local y dependían de las condiciones y precios que éste determinara. Gracias a la certificación ahora pueden vender directamente a mercados internacionales como Norteamérica y Europa recibiendo buenas condiciones incluyendo precios justos, reglas claras y también un premio adicional”, indicó.
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En la planta San José hay cerros de arena y conductos de agua gris. La roca que ha salido del socavón es bañada por un hilo de líquido y lo dorado se hace más visible. “Pero recuerde que no todo lo que brilla es oro”, advierte José Pavi, un joven que lleva cinco años trabajando allí.
Es el encargado de alimentar el molino, luego seleccionar el material más pesado que contenga oro en la primera mesa concentradora y colocarlo en tulas. Trabaja de lunes a viernes y ostenta un salario mínimo mensual más todas las prestaciones sociales. Empezó en la minería sin conocer. “A veces uno desempleado le toca pero me enrolé y me pareció chévere”, admite.
En el siguiente rol está su compañero en una segunda mesa en la que se toma el material más pesado pero más pequeño. Después, en un circuito cerrado se extrae el oro puro con ayuda de cianuro en cantidades pequeñas, el proceso se denomina cianuración.
“Estamos generando 85 empleos directos, la idea es triplicar y asumimos el 100% de la seguridad social. Además, hace un año y medio habían mineros ilegales que se acogieron a la cooperativa y están en los trámites de formalización”, cuenta el representante legal de la empresa solidaria.
Sus cuentas indican que por diez kilogramos de oro, salen cera de 12 kilogramos de plata del mismo material trabajado. Pero no solo viven de lo que se convierte en lujosas joyas sino que cultivan la tierra. Tienen en sus fincas café, plátano, frutas.
Ana Katherine Brodholt, manager de Samlerhuset, contó una historia frente a los mineros: “El año pasado toqué la medalla del Nobel de paz, estaba hermosa. Este año también la vi igual de hermosa. ¡Felicidades por tener su oro en la más reconocida medalla en el mundo! En el 2016 hubo doble oro para Colombia”.
Del interior de las montañas de Íquira, occidente del Huila, se extrae el oro certificado que hoy llega a Norteamérica y a Europa.
Kennet Porter, de la Alianza para la Minería Responsable, y Ole Bjorn Fausa, director ejecutivo de Samlerhuset y dueño de la Casa de la Moneda de Noruega, visitaron las minas de Íquira.
Para llegar a los socavones hay que subir hasta lo alto de los cerros por senderos muy empinados y angostos.
Los mineros reciben salario mínimo mensual, un poco más si tienen alguna formación especial, y las prestaciones sociales de ley.
José Pavi trabaja hace cinco años en la planta San José y recoge el material pesado que contiene el oro.
La Cooperativa Multiactiva Agrominera de Íquira tiene 42 asociados.
La Cooperativa está certificada en minería justa (Fairmined) y cumple con todas las medidas de seguridad.