La Nación
Otra víctima inocente 1 13 septiembre, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Otra víctima inocente

Es lamentable y doloroso ver cómo la violencia afecta a los más vulnerables, especialmente a los niños. Ellos, que deberían estar protegidos y viviendo en un entorno de amor y seguridad, a menudo se ven atrapados en situaciones que los marcan profundamente. Es crucial que como sociedad tomemos conciencia y actuemos para proteger a los más pequeños, asegurándonos de que crezcan en un ambiente donde se sientan seguros y amados. La violencia nunca debería ser parte de su realidad.

Duelen los niños inocentes víctimas del conflicto, las heridas del alma y el corazón suelen ser más profundas y difíciles de sanar que las heridas físicas. Mientras que el cuerpo puede curarse con el tiempo y la medicina, las heridas emocionales y psicológicas pueden perdurar, afectando la manera en que una criatura inocente ve el mundo.

 Estas heridas invisibles pueden influir en la identidad, la autoestima y el bienestar general, y requieren un proceso de sanación que incluye apoyo emocional, tiempo e intervención profesional, cuya asistencia comenzó con los soldados de mi Patria.

Y hablo particularmente por los hechos sucedidos en la vereda Cristo Rey del municipio de San Vicente del Caguán, en dónde perdió una de sus extremidades una inocente niña de 9 años la cual pisó una mina antipersona, en momentos en los cuales adelantaba labores de campo con sus padres, le fueron cegadas muchas oportunidades en la vida, aparte de las dolorosas heridas en su cuerpo, las más profundas son las emocionales y espirituales; ahora la visión de futuro y de vida cambió radicalmente para esta menor.

Las manos de Dios se manifestaron en las atenciones prioritarias y oportunas para salvar la vida de esta menor, a cargo de la única representación del estado en esa apartada región del país; los soldados de la novena brigada del Ejército Nacional de Colombia, que no ahorraron esfuerzos para salvar a esta cándida niña de 9 años. Desde los primeros auxilios, atención médica inmediata y evacuación aeromédica para salvaguardar su vida.

Ahora solo restan acciones claras y contundentes por parte del gobierno nacional para garantizar que no haya más víctimas inocentes en este absurdo conflicto, es urgente revisar los mecanismos de verificación y monitoreo, exigir cese al fuego y de hostilidades en nuestra región, y regresarle las garantías jurídicas a las tropas que cada día se ven más limitadas en su accionar, por cuenta de los absurdos ceses al fuego concedidos por el gobierno. En conclusión: No más cogobierno terrorista en el sur del país ¡Palabra de Espartano!