Tienen razón los habitantes del sur de Neiva en estar molestos con los incumplimientos alrededor de las obras de construcción del colegio Cacique Pigoanza. La comunidad espera desde hace varios años ver una institución educativa con 22 aulas de educación básica, 4 aulas de preescolar, 1 aula de inglés, 1 biblioteca, 1 salón polivalente, 2 laboratorios, 1 aula de tecnología, comedor, cocina, área administrativa, baños y zonas recreativas.
Como se ha reseñado en estas páginas, el nuevo plantel educativo se planeó en 2017 y se contrató en 2019, pero las demoras precipitaron la terminación anticipada del contrato. El año pasado se hizo un nuevo esfuerzo para ejecutar el proyecto con dineros de regalías petroleras. Se apropiaron en ese sentido más de $11 mil millones.
La entidad encargada de construir el colegio Cacique Pigoanza y de contratar la interventoría es el Fondo Mixto Sierra Nevada, que delegó la construcción al Consorcio IE Cacique Pigoanza, con un plazo máximo de 8 meses, iniciando en junio de 2023 y con entrega programada para febrero del presente año. Sin embargo, la comunidad denuncia que este plazo no se cumplió y se estableció una nueva fecha de entrega total para finales de junio de 2024, que también ha pasado sin que se concrete.
A este panorama se suman denuncias como la del concejal Alejandro Serna, quien ha advertido que los ejecutores de la obra afirman haber avanzado en un 78%, pero este progreso no se evidencia en la infraestructura. Según Serna, la obra ha recibido adiciones de dinero, pero ciertos espacios y estructuras que inicialmente estaban en los diseños del colegio han sido eliminados por falta de “recursos”.
Urge que los organismos de control intervengan para evitar que el colegio Cacique Pigoanza termine convertido en un ‘elefante blanco’. Semejante cantidad de dineros públicos no pueden despilfarrarse en una obra a medias o inservible.
La Alcaldía de Neiva, como ente territorial aportante de recursos, debe priorizar este caso y exigir trabajos bien hechos.