Los habitantes del barrio Pozo Azul vivieron la peor noche de toda su vida. Seis disparos fueron el primer campanazo de alerta, el posterior estruendo provocado por la activación de una ‘motocicleta bomba’ generó el pánico en el sector y al final la acción de los antisociales dejó una niña de 3 años herida, cientos de vecinos atemorizados y algunos sin un techo para vivir. Los habitantes del barrio Pozo Azul vivieron la peor noche de toda su vida. Seis disparos fueron el primer campanazo de alerta, el posterior estruendo provocado por la activación de una ‘motocicleta bomba’ generó el pánico en el sector y al final la acción de los antisociales dejó una niña de 3 años herida, cientos de vecinos atemorizados y algunos sin un techo para vivir. MARIO PORTILLO LA NACIÓN, NEIVA Justo cuando Diana Mercedes descansaba en su cama, Edith terminaba de ver la telenovela y Nelcy le daba los últimos retoques a la costura de turno, un estruendo terminó con la calma, que según ellas, reina en su sector. Una vez más el accionar de antisociales hizo mella en la comunidad neivana del barrio Pozo Azul, el cual fue blanco de un ataque terrorista con una ‘motocicleta bomba’. El reloj de Edith marcaba las 11:15 p.m. cuando un ruido muy fuerte la estremeció y prácticamente la dejó sin fuerzas para salir de su vivienda. “Estaba viendo la novela de Rafael Orozco, minutos antes se habían escuchado seis disparos pero no salimos. Luego mi hijo salió y se fue a la esquina, pues ya la Policía había llegado al barrio y estaban mirando una moto que estaba en la parte de atrás del polideportivo”. “Un ratico después se oyó un golpe durísimo, yo quedé sentada, todos los ventanales se rompieron y todas las tejas de mi casa se vinieron al piso. Ahí pasaron los policías y nos hicieron salir, pero la verdad yo casi ni podía caminar, fue la peor noche de mi vida”, manifestó Edith Calderón. Y no es para menos, la casa de Edith se encuentra a escasos 50 metros de donde la motocicleta Yamaha BWS fue activada, por tanto las tejas de su vivienda se cayeron y luego cuando la lluvia vino, no hubo mucho que rescatar. ‘Estaba cociendo’ Nelcy estaba cociendo un trabajo que debía entregar en pocos días, cuando su hijo le dijo que tras los disparos escuchados todos los vecinos estaban afuera de las casas. El hombre salió, pero fue evacuado del lugar por las autoridades y cuando Nelcy salió en su búsqueda, el estruendo la recibió. “Mi hijo salió a ver qué era lo que pasaba, pues tras los disparos esto se llenó de policías en un momentico. Todos los vecinos estaban afuera de sus viviendas y cuando yo dejé de cocer lo que estaba haciendo, avancé unos metros y me detuvo el sonido de la explosión”. “En ese momento me agarré de un policía que también pasaba y gracias a Dios él me ayudó a salir, porque yo no podía del susto tan tremendo que me generó esa bomba”, explicó Nelcy Horta. Tal fue el impacto, que en la casa de Nelcy, ubicada a la misma distancia de la Edith, pedazos de la motocicleta fueron encontrados en el patio trasero. ‘Pagó gente inocente’ Al igual que Edith y Nelcy, 20 vecinos más tuvieron afectaciones en sus viviendas. Según Juan Camilo Montealegre, vicepresidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Pozo Azul, una vez más en medio de los ataques de los antisociales, pagaron justos por pecadores. “Las viviendas de las señoras Nelcy y Edith fueron las más afectadas con la explosión, pero por lo menos unas 20 viviendas más del barrio sufrieron daños con este ataque terrorista en Pozo Azul. Como siempre, en este tipo de cosas paga gente inocente, gente humilde. A pesar de lo que digan, este sector es muy tranquilo y nunca se habían visto estas cosas”, manifestó Montealegre. ‘La niña estaba durmiendo’ En la misma escena, Diana Mercedes, una niña de 3 años que ya descansaba en su vivienda, también se vio afectada por las esquirlas de vidrio provenientes de la ventana de su habitación, que se alojaron en su rostro. “Por fortuna las pérdidas registradas sólo fueron materiales, el único caso de una persona fue el de la niña Diana Mercedes, quien ya a esa hora estaba durmiendo y cuando se dio la explosión, los vidrios de la ventana de su habitación se le incrustaron en la cara. Inmediatamente los policías y la familia de la niña la subieron a una patrulla que estaba disponible y se la llevaron al hospital”, agregó el Vicepresidente JAC. En horas de la tarde de ayer, luego de la visita del ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón al Hospital Universitario de Neiva, la pequeña Diana Mercedes fue dada de alta por los galenos que la trataron, pues las heridas sufridas fueron mínimas. Lo que sigue… En Pozo Azul, los vecinos no salen del asombro y en el ambiente se respira temor e incertidumbre, esta última, sobre todo por los habitantes del sector que perdieron parte de sus viviendas tras la explosión. “Esto es un hecho que nunca se había presentado y por eso estamos tan afectados, yo creo que nadie cuenta con que a la medianoche le pongan una bomba cerca a la casa y menos que le toque perder parte de la vivienda. En mi caso, como se cayeron las tejas, anoche se me mojó todo lo que tengo: los muebles, la nevera, la estufa, en fin, prácticamente quedamos sin un techo donde vivir. Sólo esperamos que las ayudas que ya empiezan a prometer que nos van a dar lleguen, porque esto es una tragedia que no da espera y a nadie se la deseo”, comentó alicaída, Edith Calderón. “Ahora lo que sigue es esperar a que lo que nos han dicho las autoridades sea un hecho. Es triste que vengan y nos prometan una ayuda, pero nos hagan la advertencia de que llegará lo más pronto, que mínimo en tres meses ya nos estarán dando una colaboración y mientras tanto ¿Qué hacemos?”, manifestó Nelcy Horta. Por último, el Vicepresidente de la JAC de Pozo Azul envió un mensaje a quienes afectaron a la comunidad de su barrio. “Somos una comunidad de paz, vecinos de bien y no entendemos por qué somos blanco de ataques, si acá la gente vive tranquila. Les pedimos que nos mantengan al margen de estas cosas, esta vez no hubo víctimas mortales y ojalá nunca las haya. No queremos más violencia”, finalizó Montealegre. Desolación, tristeza y temor, se respiran en el barrio Pozo Azul luego de la explosión de la ‘motocicleta bomba’.