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PALABRA DE VIDA

« ¿Eres tú el rey de los judíos?» Jesús le contestó: «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?»». “Tú lo dices… soy rey” Padre Elcías Trujillo Núñez Especial LA NACION

« ¿Eres tú el rey de los judíos?» Jesús le contestó: «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?»».  (Juan   18,33-37)

El reinado de Jesús se edifica en este mundo, pero no tiene nada que ver con los reinos terrenales. En varias oportunidades quieren proclamarle rey, pero cada vez Jesús se esconde. Jesucristo, nuestro Rey y Dios, se pone al servicio de los hombres durante toda su vida terrenal. Cristo no ha triunfado sino por medio del fracaso, del sufrimiento y de la muerte. El monte del Calvario es su investidura como Rey, la cruz su trono improvisado, la corona de espinas su insignia. Y así dice la inscripción en la cruz: INRI “Este es el Rey de los judíos”. Aunque los soldados se burlen y los judíos se enojen de esta inscripción, nosotros sabemos que desde entonces Él es Rey verdaderamente. El reinado de Cristo llega a su perfección en su resurrección y ascensión. Porque con ellas se glorifica Jesús como Creador y Señor del mundo. Desde entonces está sentado a la derecha del Padre en su trono y ejerce su reinado universal sobre todos los seres. Esta fiesta de CRISTO REY ilumina también la condición cristiana de todos nosotros. Porque el ejemplo de Cristo vale para cada cristiano. Por eso nos dice en su Evangelio: “Quien quiere ser grande entre vosotros, que se haga vuestro servidor, y el que quiere ser el primero entre vosotros, que sea el siervo de todos”. Así toda la autoridad cristiana imita la de Cristo. También la Iglesia – y con ella todos sus representantes – sabe que está al servicio de los hombres. Sabe que ha venido, como su Maestro, no a dominar sino a servir. Y así está renunciando más y más a todo poder terreno, para no ejercer más que el poder del amor. O pensemos en la autoridad de los padres sobre los hijos: no debe ser un poder de dominio, sino una invitación a una entrega cada vez mayor, a un amor cada vez más desinteresado y respetuoso. Será jefe el que ama más. Será jefe el que más se asemeja a Cristo Rey, que está en medio de nosotros como uno que sirve. ¡Cómo cambiarían nuestros pueblos, nuestras obras, nuestras familias y nuestros gobiernos, si aquellos que quieren ser los primeros se hicieran realmente los servidores de todos! Querido lector, nosotros, los que somos de Cristo, debemos inaugurar su reinado en nuestro ambiente – nuestras familias, nuestros grupos, nuestras parroquias, nuestros lugares de trabajo, nuestros pueblos – haciéndonos en medio de los demás cada uno el servidor de todos ellos. Esto es lo que nuestro REY JESUCRISTO espera de nosotros. Nota: el próximo domingo empezamos un nuevo año litúrgico con el tiempo de ADVIENTO, organicemos la “Corona de Adviento” en la familia y de esta manera preparémonos para la llegada de Jesús en Navidad. Sugerencias al e mail elciast@hotmail.com.