Van a ser cien años, desde que a la villa del Guagua, cambió su nombre a Palermo, muy seguramente debido a la imagen que adorna una gruta a la salida del Municipio de Teruel.
Se trata de la imagen de Santa Rosalía, una doncella que vivió en la ciudad de Palermo-Italia hace casi mil años y de quien se dice fue usada por Dios para acabar con la peste que diezmaba aquella ciudad siciliana, valiéndose de la oración y del asilamiento en una gruta cercana a la ciudad.
Fue precisamente a principios del siglo XX, que los habitantes de aquel poblado del occidente del Huila, preocupados por la propagación de una serie de enfermedades y hambrunas que azotaban al Departamento, decidieron erigir una imagen de la Santa y al parecer, resultó tan efectiva que en agradecimiento, no sólo la patrona del Municipio ahora es Santa Rosalía, sino que Guagua -nombre indígena- pasó con cierto orgullo a llamarse Palermo.
Y como en toda república Bananera, ese orgullo y esa manía por buscar semejanzas con aquello que suene europeo, llevó a que el ahora destituido alcalde de Palermo, Orlando Polo, se paseara por las calles de su homónima del Viejo mundo.
Palermo -la italiana- más allá de ser una bella ciudad a orillas del mediterráneo, oculta detrás de sus impresionantes edificios de estilo barroco, un pasado oscuro. Pasado no muy lejano de hecho, en donde algunas familias de la región se reunieron para crear una empresa de crimen organizado que llamaron la “Cosa Nostra” o lo que podría también denominarse, la Mafia Siciliana, (¿a alguien le suena la película EL PADRINO?). En todo caso, para cualquier colombiano, Europa es Europa y pues Italia, ni se diga.
Las fotos como eran de esperarse muy bonitas, y por supuesto las principales autoridades civiles de la ciudad lo acompañaron en su caminata, para luego dar paso a un intercambio de regalos, entrega de llaves de la ciudad firma de convenios de los cuales no sabremos a ciencia cierta el contenido de los mismos, en fin, todos los protocolos a los que son sometidos las más altas dignidades.
En contraprestación, el burgomaestre opita les extiende una invitación a sus pares italianos para que visiten estas bellas tierras que por cosas del Destino llegaron a llamarse igual.
Y la invitación fue aceptada por supuesto, lo que preocupa es la imagen que aquel emisario del Gobierno Italiano se llevó de nuestro Palermo.
Empecemos por lo evidente, vaya sorpresa la que se habrá llevado este ciudadano europeo, al ver la vía que de Neiva, conduce a este municipio, una verdadera pista mortal llena de huecos y desniveles que no solo resultan en un deterioro potencial en la suspensión y vida útil de cualquier automotor, sino en una peligro latente para la vida y la integridad de las personas que transitan a diario esa carretera, como se ha visto.
En ese mismo sentido, ¿que habrá pensado del derrumbe que se encuentra en el sector denominado chontaduro, que pareciera haber sucedido hace unos pocos días pero que en realidad lleva allí más de diez años?.
Ya propiamente en el casco urbano del Municipio, ¿Lo habrá llevado a conocer el barrio Santo Domingo, conocido por las condiciones de pobreza extrema en la que viven sus habitantes, con el riesgo adicional de un deslizamiento del cerro en donde se encuentra?
Yo supongo que lo que si habrá visto este italiano son las pocas vías en buen estado y la “prosperidad” que se respira a diario en dicha localidad.
Al final, siendo sincero, lo que menos importa es lo que haya pensado este señor más aún cuando nadie entendió lo que dijo en su discurso de agradecimiento por no encontrarse un traductor cerca.
Pensemos en la gente que allí vive a diario, que no tiene para un pasaje en avión que los lleve a sus hermosas villas del Sur de Italia, en donde muy seguramente vive aquel funcionario.
Ahora, cuando el alcalde Polo fue alejado de su cargo por líos con la Justicia, lo que menos importa es la película que se creó a partir su viaje a Cartagena y cómo justificar los viáticos que le fueron otorgados para asistir a una reunión de alcaldes en la ciudad de Bogotá.
Lo grave aquí es que mientras eso sucede, el Municipio de Palermo se encuentra a la deriva, situación que tal vez sea previa a su captura, porque sin ánimo de descalificarlo, su gestión no ha sido una de las más brillantes.
Y para que no resulte esta columna en una especie de afrenta personal, lo cierto es que salvo excepciones muy puntales, la gestión de administraciones pasadas tampoco se han destacado por cosas buenas y los problemas ya mencionados, han estado allí desde siempre, lo que por supuesto no lo exime de haber hecho algo para solucionarlos.
Palermo es un municipio privilegiado, productivo, en donde se siembra casi cualquier cosa que se pueda producir en la tierra, con un monstruo que parece ser la solución a todos sus problemas pero que aún hoy muchos se preguntan de que ha servido llamado Zona Franca, petrolero, cercano a Neiva, con un gran número de industrias, de todo tipo y aun así, estas ventajas que pareciera tener frente a otros municipios no se ven en lo absoluto.
Hoy, cuando ya no existen las famosas regalías que fluían a borbotones, producto del Petróleo que produce el municipio, se rasgan las vestiduras, y culpan a este hecho de todos sus males actuales y venideros.
Pero ojo con este dato, como es bien sabido, el Régimen de Regalías cambió, para dar paso a un Sistema de Distribución que se basa en la gestión de proyectos por parte de cada municipio que beneficien a la Comunidad y que deben presentarse al Sistema General de Regalías. De esta manera, los municipios se ven obligados a presentar verdaderos proyectos productivos y no esperar simplemente a que les giren un dinero para ver que elefante blanco se inventan con eso.
Tristemente, (y es fácilmente verificable), de los municipios con menos proyectos registrados en el SGR, se encuentra el municipio de Palermo, con dineros girados muy por debajo de los recibidos por municipios que no son tan petroleros como Algeciras, Yaguará, Gigante, Rivera, San Agustín etc.
La radiografía es clara, y el potencial mucho más, lo preocupante aquí es quien habrá de hacer una introspección sensata y decir para las próximas elecciones, “yo seré el alcalde que Palermo necesite para canalizar todo ese potencial perdido”. Eso sólo lo sabremos el próximo mes de octubre, y sólo si los electores también se ponen la mano en el corazón y votan por convicción, el problema es, si esto pueda llegarse a alcanzar en tan poco tiempo.