Nada más lamentable que escuchar la alocución del presidente Santos el lunes a primera hora. Aparentemente desde su oficina y recién levantado, invitaba a los cafeteros a que se abstuvieran de protestaran, mientras que ellos ya estaban en las calles. Minutos antes, los medios anunciaban al país que el gobierno se había quedado plantado esperando a los líderes cafeteros en una reunión que buscaba conjurar la situación. Y es lamentable, no solo por el estilo, lugar y momento de la desafortunada intervención presidencial, sino porque desde hace tiempo con soluciones creíbles, reales y concretas, el gobierno nacional hubiera podido evitar este paro, y el Presidente semejante ‘oso’. Todos, desde hace años hemos escuchado en noticias a los cafeteros advirtiendo la grave problemática que padecen. Los insumos altos para la producción del café, que no han bajado en la proporción requerida para hacer viable el negocio y el bajo precio de la carga, que no compensa el esfuerzo del caficultor, son dos de los asuntos que se suman al de la revaluación del peso, afectando al caficultor. Todos eran de conocimiento gubernamental. Entonces ¿por que no se les dio solución a tiempo y en lugar de eso esperaron a que iniciara el paro cafetero? ¿No hubieran podido evitar el paro actuando a tiempo? Se le dijo al Gobierno nacional y a la Federación Nacional de Cafeteros, se les advirtió, pero ellos decidieron hacer oídos sordos a las reclamaciones del sector. Subestimaron la inconformidad de un puñado de campesinos que amenazaban de tiempo atrás con un paro como el que estamos viviendo, y en lugar de dar solución a lo requerido, esperaron y esperaron. Todo para tener que plantear alternativas ahora, cuando el país se encuentra semiparalizado. Los alimentos ya comienzan a escasear en algunas zonas del país y por ende su precio ha de subir, la movilidad se ha visto afectada, sobre todo en departamentos como el nuestro, los violentos están aprovechando de las suyas, los cafeteros siguen con su problema sin solución, y Gobierno lentamente reacciona, anunciando que solo negociara cuando cese el paro. ¡Válgame Dios! Mientras tanto, los que pagan por la falta de atención gubernamentales somos los colombianos, que nos vemos afectados por un problema que se hubiera podido evitar. Es grave que un Gobierno no de solución a temas que se vienen advirtiendo con tiempo, y en ese sentido espero que frente al deterioro en materia de seguridad que está sufriendo nuestro departamento, no ocurra lo mismo que con los cafeteros, y se atienda el tema cuando sea demasiado tarde.