San Juan de Pasto celebra este fin de semana su carnaval pagano de Negros Y Blancos, una fiesta con raíces precolombinas, que ha incorporado elementos criollos y africanos.
Después de haber celebrado el Año Nuevo quemando muñecos gigantes que representan el "testamento" del pasado, la ciudad de Pasto se prepara para los grandes desfiles, en los cuales la música combina el compás ceremonioso de la tradición andina con la fuerza de los tonos bantúes, traídos por los esclavos africanos.
Este viernes desfilaban en el denominado "Carnavalito" las comparsas de niños vestidos de colores vistosos, con trajes de telas andinas como los aguayos con plumas, cintas y serpentinas.
"Una pintica por favor", es la consigna del Día de Negros, que se celebra el domingo, cuando la reina del carnaval recorrerá la ciudad repartiendo cosmético e invitando a los visitantes a unirse al juego, para conmemorar el día de asueto que se daba a los esclavos.
En el Día de Blancos los visitantes esperan la llegada del desfile Magno salpicándose de harina o de cualquier polvo blanco.
Esta tradición, que constituye la mayor celebración del Departamento de Nariño, en el sur del país, en la frontera con Ecuador, estuvo prohibida durante La Colonia, pero fue reinstaurada en 1834.
Declarada patrimonio inmaterial de la humanidad, también ha sumado elementos de las festividades católicas, por lo que incluye ofrendas a la Virgen de las Mercedes.