¡Claro que fui al estadio a ver a Sir Paul! Les contaré cómo fue la experiencia.
El ambiente en Bogotá era increíble. En mi barrio, en la tarde, podía oír a los vecinos en los balcones cantando “Hey Jude” o “Let It Be”, emocionados y preparándose para ir al estadio. Invité a mi hermano Ricardo, quien ya había visto a Sir Paul en tres ocasiones (Nueva York, Buenos Aires y Bogotá), y hoy, 12 años después, repetiríamos en el Estadio El Campín.
Como el estadio no está diseñado para conciertos, hubo filas muy largas. Al llegar, me encontré con mi amigo, “El Mejor Senador del País”, David Luna, y disfrutamos de un buen rato juntos. Él sabe equilibrar el trabajo y la diversión.
El concierto tuvo de todo: luces increíbles, sonido espectacular, rayos láser y videos bien editados con imágenes de los Beatles y John Lennon. Los fuegos artificiales fueron poderosos, pero todo estaba medido, en su momento justo, sin exageraciones. Sir Paul tocó su bajo Höfner, que compró en 1961 y que estuvo perdido durante casi 50 años. También tocó la guitarra y el piano, acompañado por su banda, que lleva 30 años con él. Solo recibió a una persona en su camerino: el músico colombiano Chucho Merchán, conocido por tocar con The Pretenders, The Eurythmics y Caifanes, y un verdadero rockstar activista contra las corridas de toros en Colombia.
Me emocionó ver tanta gente joven disfrutando de la música de este Beatle. Al final del concierto, Sir Paul exclamó: “¡Qué chimba!”, y estaba muy emocionado por los coros de “OEEE OEE OE SIR PAUL SIR PAUL”, incluso le puso música con un charango.
Con 82 años, Sir Paul ofreció un concierto de casi tres horas, sin tomar un sorbo de agua o pedir oxígeno, a pesar de la altura de Bogotá. En contraste, J Balvin, en la tercera canción, ya tenía la respiración alterada y tuvo que parar. ¡Increíble!
Este tipo de eventos atraen mucho turismo. Conocí gente de Panamá, Ecuador, Venezuela, e incluso dos opitas se me acercaron al final y me dijeron: “Le hicimos caso y vinimos de Neiva a ver a Sir Paul”. Estaban emocionados y seguramente contarían la historia a sus amigos y a sus hijos, quienes podrán asistir a conciertos de talla mundial en el nuevo Estadio Multipropósito que anunció nuestro presidente del Consejo Editorial, Felipe Olave.
La salida fue un poco complicada; menos mal que pronto iniciarán la remodelación del estadio para crear un complejo cultural que incluirá un hotel, auditorio, sede para la Sinfónica, ensayaderos, teatro y zona de alimentos y bebidas.
Mi hermano lloró de alegría, el senador se emocionó, y yo canté a rabiar. Sin duda, puedo decir que el concierto de Sir Paul ha sido uno de los mejores de mi vida.
¡Cha chao y chaooo!