¿Paz secreta?

Según el director de Invías, la intempestiva salida del ministro de Transporte Miguel Peñaloza no afectará la ejecución de las obras en el occidente del Huila a las que le puso todo el entusiasmo. El agudo debate en torno a los supuestos contactos secretos del gobierno del presidente Juan Manuel Santos con la guerrilla en búsqueda de un formal proceso de paz, tiene todos los visos de una contienda política tanto desde el punto de vista ideológico como pragmático. Y pone al país entero frente a una alternativa que, valga decirlo, se ha estudiado, analizado, discutido y planteado en todos los gobiernos. Mal podría uno cuestionar o poner en tela de juicio el que un Presidente de la República, cuyo deber es cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes, justamente intente que tal acatamiento de sus deberes se haga realidad. Y uno de ellos es propender por la concordia nacional, por la vigencia de la paz, asunto convertido en obligación y derecho en la misma Carta Política. Otra cosa es que a algunos les parezca que esos intentos se hagan públicos o secretos en alguna o algunas de sus fases. Ahora bien, si algo se ha criticado de pasados procesos de paz es que hayan tenido demasiada visibilidad e injerencia de tantos factores externos como internos que han terminado en frustración nacional. Como decía algún agudo observador “tanta democracia es asfixiante”; que los primeros acercamientos sean secretos, invisibles o por lo menos desde un bajo perfil es la ruta adecuada para la búsqueda de un fin exitoso. Y uno de las claves debe ser la discreción. El debate mediático ha terminado frustrando muchas posibilidades en muchos intentos para negociar la paz. Lo que debe importar, en el fondo y al final de todos estos pasos, es que lleguemos a una salida política a este conflicto interno que nos ha carcomido buena parte de las fortalezas nacionales desde hace más de 60 años. Si las Farc deciden esta vez, dada las condiciones en que se encuentran, desmovilizarse tras un acuerdo de paz, el país entero debería estimular ese proceso. Si esa es la decisión por lo menos de un sector mayoritario, como se rumora, ningún colombiano debería oponerse. Por el contrario, deberíamos sin ninguna duda, acompañar ese proceso. Si es cierto que esta vez, los principales jefes de las Farc, han entendido que persistir en la guerra es una equivocación histórica y que la negociación es otra vía para terminarla, bienvenida. Si el presidente Santos ha decidido propiciar estos contactos sin publicidad, y que incluso los niegue, no debe llamar a nadie a alarmas. Eso ocurre en éste y en cualquier gobierno de países democráticos, siempre y cuando se actúe de buena fe y sin poner en riesgo ni la seguridad ni la soberanía nacional. Si es por la paz, bienvenida esa tarea. DESTACADO “Si las Farc deciden esta vez, dada las condiciones en que se encuentran, desmovilizarse tras un acuerdo de paz, el país entero debería estimular ese proceso”. Editorialito Según el director de Invías, la intempestiva salida del ministro de Transporte Miguel Peñaloza no afectará la ejecución de las obras en el occidente del Huila a las que le puso todo el entusiasmo. Sin embargo, la comunidad debe estar vigilante para evitar que se regrese al estado anterior.