El mundo entero celebra este lunes el Día Internacional de la Protección de la Capa de Ozono. La fecha fue elegida en conmemoración de la firma del Protocolo de Montreal referido a la eliminación gradual y obligatoria de las sustancias que lo afectan. El Protocolo de Montreal, adoptado en 1987, obliga a 189 naciones que lo firmaron a eliminar el uso de clorofluorocarbonos y de casi 100 sustancias químicas que afectan la capa de ozono. Sin duda, es un avance global para enfrentar esta amenaza.
La protección de la capa de ozono ha sido un reto importante durante los últimos 30 años, que afecta a las esferas del medio ambiente, el comercio, la cooperación y el desarrollo sustentable.
La disminución del ozono sobre la superficie terrestre aumenta los niveles de radiación ultravioleta-B afectando gravemente a los seres vivos.
La pérdida de ozono en la Antártida alcanza hasta un 50% como media mensual, y en las latitudes medias la capa de ozono ha perdido el 3% de su ozono (hemisferio Norte) y hasta el 6% (hemisferio Sur), con episodios de fuertes pérdidas en la primavera.
Según científicos la máxima acumulación de sustancias destructoras del ozono se alcanzó en la baja atmósfera en 1992-1994, disminuyendo lentamente desde entonces.
En las próximas décadas estas cargas de cloro y bromo disminuirán hasta los niveles anteriores a 1980, lo que significará la práctica recuperación de la capa de ozono. Pero esto no ocurrirá hasta el 2050, y dependerá del cumplimiento estricto de las medidas de prohibición de sustancias destructoras del ozono y del efecto que el cambio climático ejerza, enfriando la estratosfera y aumentando por ello la probabilidad de formación de nubes estratosféricas polares y de eliminación del ozono.
Si se cumplen los plazos de reducción para los productos perjudiciales, pueden representar una esperanza para la recuperación de la capa protectora. Pero no a corto plazo. Y más cuando persisten otras amenazas.
Los productos químicos que destruyen la capa de ozono contribuyen también al calentamiento de la atmósfera. La capa de ozono influye en el balance térmico global del planeta y al cambio climático, con graves efectos para la supervivencia del planeta.
La emisión y acumulación de gases en la atmósfera, especialmente el dióxido de carbono produce un efecto invernadero con un incremento sin precedentes de la temperatura del planeta. Este fenómeno está ocasionando un desequilibrio del clima mundial, que altera y amenaza los ecosistemas de los cuales dependen el sustento y el abastecimiento de gran parte de la población mundial.
“La capa de ozono influye en el balance térmico global del planeta y al cambio climático, con graves efectos para la supervivencia del planeta”.
EDITORIALITO
El paro promovido por trabajadores de la salud no va más. Un acuerdo permitió que se levantara. Cuando hay ánimo de concertación hay acuerdo. Como ocurrió con Fecode. Jamás triunfa la terquedad ni la intransigencia.