Durante el 2015 en Colombia se registraron 147 agresiones directas contra la prensa, con un total de 232 víctimas; entre ellas hubo dos homicidios por razones de oficio, confirmó la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) en su último informe.
La agremiación destacó los crímenes de Luis Antonio Peralta Cuéllar, asesinado el 14 de febrero en el municipio de El Doncello, (Caquetá) y a Flor Alba Núñez, el 10 de septiembre en la ciudad de Pitalito (Huila). A los dos, “los eliminaron como consecuencia de su trabajo como periodistas. Se trataba de dos voces críticas, experimentadas, que denunciaron corrupción local y encontraron la muerte”, destacó el reporte anual sobre libertad de prensa.
Peralta Cuéllar, de 63 años, era el director de Linda Stéreo, la única emisora que existe en el norte de Caquetá. El atentado también le costó la vida a su esposa Sofía Quintero.
Por su parte, Flor, de 31 años, era la periodista con mayor proyección del Huila. Estos asesinatos muestran que la censura no discrimina. Con estos dos casos la dolorosa lista de periodistas asesinados en Colombia en el periodo 1977 – 2015 es de 1.522.
Para Felcoper, 179 casos de violaciones a la libertad de prensa se registraron en 2015, con un total de 222 víctimas con un aumento del 23% respecto al 2014.
El 2015 supuso un claro retroceso en materia de libertad de expresión. Los dos asesinatos ubican a Colombia en la posición número once de los países más mortales para ejercer el periodismo, según la lista elaborada por el Comité de Protección a Periodistas, CPJ por sus siglas en inglés.
Además del impacto que generaron estos dos asesinatos, también hubo un aumento en el número de periodistas víctimas, el más elevado desde el 2009. Casi una tercera parte, 77, fueron víctimas de amenazas, el tipo de agresión más frecuente contra la prensa. En algunos casos a la amenaza le sobreviene el desplazamiento, como fue el caso de Edison Bolaños, periodista de Popayán, quien tuvo que empezar de nuevo en otra ciudad después de haber investigado las actividades de una empresa minera.
Chuzadas
La Flip también destacó las intercepciones ilegales que se mantienen como prácticas contra periodistas.
A finales de octubre, las periodistas Vicky Dávila y Claudia Morales empezaron a recibir información a través de correos electrónicos anónimos donde se planteaba que miembros de la Policía habían ordenado el seguimiento e interceptación de sus comunicaciones privadas. En noviembre, los correos empezaron a incluir información muy concreta: registro de conversaciones telefónicas, reuniones privadas, desplazamientos suyos y de sus familiares, incluyendo menores de edad.
Retos
El 2016 será un año que no acepta más retrasos en la implementación de las iniciativas de reparación colectiva a periodistas que adelanta la Unidad de Víctimas y la implementación de la Política Pública para garantizar la libertad de expresión de los periodistas.
“Además será crucial conocer avances en los asesinatos de Luis Peralta y de Flor Alba Núñez, y que la Fiscalía, con una nueva cabeza, acepte el reto de jugar un papel protagonista en la protección a los periodistas y de la libertad de expresión”, remarcó la Flip.
“Los 50 años del conflicto en Colombia han impactado directamente a los medios de comunicación, también a la libertad de expresión, pero sobre todo a la verdad. Y esto debe ser reparado”, concluyó.