El presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Neiva, Ariel Rincón, presentó el Centro de Conciliación y Arbitraje de la Cámara de Comercio de Neiva, Seccional Pitalito. El presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Neiva, Ariel Rincón, presentó el Centro de Conciliación y Arbitraje de la Cámara de Comercio de Neiva, Seccional Pitalito. LA NACIÓN, PITALITO Los comerciantes de Pitalito y el sur del Huila tienen una herramienta más para poder dirimir sus conflictos, el Centro de Conciliación, Arbitraje y Amigable Composición de la Cámara de Comercio de Neiva, es el sitio en el cual pueden solucionar sus diferencias en un solo día, evitándose los costos que implica un proceso judicial. La nueva oficina cuenta con profesionales idóneos, que facilitarán lograr un acuerdo que garantice sus derechos. Este espacio de arbitraje, “es aprobado por el Ministerio de Justicia, según Resolución No. 6268 del 21 de diciembre de 2010. Entre sus funciones está la de difundir la Cultura de la conciliación en la región como una forma de vida, tendiente a procurar la realización espontánea del derecho y a generar un cambio social que nos dé la posibilidad de progresar y convivir civilizadamente”, anotó el director. Otro de los propósitos es trabajar en proyectos y estrategias para que la comunidad conozca y utilice los métodos alternativos de solución de conflictos, como un mecanismo ágil, directo, jurídico y legítimo, en el cual la reparación de las diferencias corresponda a las propias partes, permitiendo que participen en la administración de justicia, entre otros beneficios. El Centro de Conciliación, Arbitraje y Amigable Composición de la Cámara de Comercio de Neiva, quiere en primer lugar exponer las bondades y ventajas del arbitraje. Como método alternativo de solución de conflictos, es un mecanismo por medio del cual las partes involucradas en una pugna de carácter transable, confían su solución a un tribunal arbitral compuesto por particulares, el cual queda transitoriamente investido de la facultad de administrar justicia, profiriendo una decisión denominada laudo arbitral, que tiene los mismos efectos de una sentencia proferida por un juez de la República. Ventajas El arbitramento es una opción rápida, si se tiene en cuenta que el tiempo para fallar es el que las partes acuerden o en su defecto, el término de seis meses, prorrogables por el mismo tiempo, siempre y cuando las circunstancias del asunto lo requieran. Contrario a lo que sucede en la Justicia Ordinaria, en donde un fallo puede ser proferido entre cinco o 10 años. Por este medio de la justicia arbitral, se pueden resolver todo tipo de conflictos, con la condición que estos sean transables. La interrelación de los árbitros con las partes es permanente, lo que sin duda conduce más fácilmente a la verdad; los árbitros decretan y practican directamente las pruebas con la colaboración de las partes y sus apoderados, lo que redunda a favor de la lealtad procesal. Comparados con un proceso ordinario, los costos son supremamente económicos dado que el arbitramento se resuelve con mayor agilidad y prontitud, evitando desgastes en las relaciones personales con la contraparte y ahorrando tiempo. Los fallos arbitrales (laudos) producen los mismos efectos jurídicos que las sentencias proferidas por los jueces de la República. El desenvolvimiento del proceso arbitral se mantiene dentro de la más estricta reserva, ya que tanto el laudo como el procedimiento arbitral no son públicos, lo que evita que se genere cualquier conflicto posterior. Los laboyanos ya cuentan con un moderno Centro de Conciliación.