En las redes sociales y algunos portales de internet se ha replicado la imagen en donde se ven unos huevos fritos envueltos en empaques plásticos, lo cual, ha generado una gran polémica, no solo por la contaminación que puede generar el uso de más plástico en el planeta, sino que también, deja una pregunta en el aire, ¿quién podrá ser tan flojo para no poder romper una cáscara de huevo y fritarlo del modo normal?.
En la fotografía se puede apreciar que el fabricante de este producto es una empresa colombiana llamada Santa Reyes S.A.S, la cual, se dedica a la producción y venta de huevos desde hace más de 50 años.
Debido a la polémica por la imagen que se ha viralizado en redes sociales, esta compañía realizó un comunicado donde informa acerca del origen de este producto, “En el marco de buscar la innovación y la practicidad, desarrollamos la línea pre lista para satisfacer los requerimientos de innocuidad de los mercados institucionales, que no pueden manipular el huevo en cáscara en sus procesos. Esta línea es 100% natural, libre de conservantes y empacada al vacío para garantizar su correcta conservación y manipulación”.
Adicional a este comunicado, Semana Rural, habló con el gerente general de esta compañía, Carlos Lozano, quien indicó que este producto se fabrica exclusivamente para algunos de sus clientes en el sector hotelero, restaurantes y casinos. “No está para la venta al público. Tenemos alrededor de seis clientes que adquieren el huevo frito listo porque no pueden manipular productos crudos en sus procesos”.
En este caso, los huevos fritos envueltos en plástico tienen una explicación; pero para nadie es un secreto que el uso de este tipo de empaques en los productos alimenticios de consumo masivo se ha vuelto más común cada día, lo que genera preocupación entre los ambientalistas, pues en países como el nuestro que genera unas 12 millones de toneladas de residuos sólidos en el año, solo se recicla el 17%, demostrando que el consumismo acelerado sobrepasa nuestra responsabilidad con el planeta.
Frente a esta delicada situación que viene en aumento, Greenpeace y otras organizaciones, vienen liderando la iniciativa que busca que se prohíba la fabricación, importación, venta y distribución de plásticos de un solo uso en nuestro país y en el resto del mundo.
Greenpeace, estima que para el 2030, el 90 % de los animales ya habrá ingerido plástico en sus vidas. Y probablemente, el 99 % de los corales ya estarán destruidos por este material, sin contar los efectos inevitables del calentamiento global.
Mientras avanza el proceso que prohíba la producción y venta de plásticos de un solo uso, la responsabilidad recae sobre las personas. Utilizar bolsas de tela, evitar comprar productos en botellas de plástico, no usar pitillos, entre otros, puede contribuir a disminuir la contaminación en el planeta por el plástico.