Diferentes personas me han increpado, con razón o sin ella, sobre el porqué la mayoría de los columnistas del departamento …
OBERT ALEJANDRO ORTIZ R.
Diferentes personas me han increpado, con razón o sin ella, sobre el porqué la mayoría de los columnistas del departamento no nos hemos pronunciado sobre la destitución de la gobernadora por parte de la Procuraduría puesto que este es un asunto que le compete a todos y cada uno de los huilenses al estar en juego no sólo los elementos de la gobernabilidad (también de gobernanza), sino el futuro de innumerables proyectos de toda índole, así como aspectos de tipo político, social y económico que se tendrán que asumir al convocarse nuevamente a elecciones, de ser confirmada la decisión del ente de control. Al respeto, sin dilucidar mayores aspectos relacionados con razonamientos o argumentos (lógicos, teórico-constructivos, prácticos o en sentido normativo) para dar apreciaciones personales y tratar de leer o entender la de mis vecinos-columnistas, es que, sencillamente, no amerita opinar sobre una situación que estaba prevista, advertida y cantada. Esto no necesitaba ni de la ayuda de un mago o chaman para entender que cuando uno tiene investigaciones civiles, fiscales, penales o disciplinarias (así se ampare en causales de exclusión de responsabilidad o se defienda muy bien en los terrenos del dolo o culpa), no siempre los fallos le favorecerán sus intereses. Así tenga, para los casos similares que nos ocupa, la mano coyuntural de los políticos de turno para que incidan en estas decisiones. Otra razón, es la no necesidad de expresar nuestros argumentos ante algo que la ciudadanía estaba informada pero que a pesar de todas las advertencias, aún depositó su voto, razón por la que nos negamos a avalar o a respaldar su presunto dolor o alegría a opositores. Nótese que hasta en la base de la pirámide huilense (electores), esta decisión no fue noticia abrumadora como para que los exhortara a manifestarse o expresarse públicamente. Lo confuso es que, en otrora momento, los políticos o dirigentes de este departamento, ya hubiesen pegado los gritos no sólo en el cielo para apoyar o cuestionar asuntos que le afecten sus intereses. Pero en esta caso, han sido los más prudentes, rayando con ello todos los hilos de la hipocresía. En la academia, el panorama es diferente. El análisis es integral. Pasando desde las investigaciones que ostenta la gobernadora y los alcances del fallo hasta los costos, líderes y escenarios de una nueva elección.
