El 2024 me dio la maravillosa oportunidad de ser padre. De igual forma, me dio la oportunidad de vivir en carne propia, lo corta y efímera que es la licencia de paternidad para los hombres. Siento que no es casualidad que los países sin licencias de paternidad o con licencias realmente cortas, se encuentren dentro del grupo de países en vías de desarrollo y presenten elevados índices de criminalidad. Dicho de otra forma, considero que vale la pena que países como Colombia, se replanteen los beneficios que, a nivel social, de salud pública (especialmente en salud mental) y en materia de desempeño laboral se podrían logran con un progresivo incremento de la licencia de paternidad.
De acuerdo con el artículo titulado “Licencias de paternidad en América Latina y el Caribe: el testimonio de un padre presente”, publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo, “(…) de los 26 países de América Latina y el Caribe prestatarios del BID, solo 18 cuentan con licencias de paternidad (…)” Licencias que van desde los 2, hasta los 14 días. Lo sorprendente es que nos encontramos dentro de los 3 únicos países que conceden 14 días de licencia en la región, lo cual denota el valioso y continuo proceso de evolución que ha tenido nuestro el país en la materia. A pesar de estar dentro del grupo de los “menos peores”, considero que debemos seguir trabajando en mejorar las condiciones, derechos y garantías en torno a la paternidad.
Opino que un buen punto de partida para futuras iniciativas legislativas sería el desarrollo de investigaciones dirigidas a estudiar aspectos como: (i). Brechas existentes entre trabajadores y contratistas (destacando que esta figura es comúnmente utilizada para burlar la ley laboral); (ii). Desarrollo de pilotos en diferentes tipos de industrias y sectores, con la finalidad de evaluar el impacto de licencias más largas, en los trabajadores; y (iii). Analizar la funcionalidad de esquemas extendidos y parcializados para el disfrute de la licencia.
Concluyo invitando a que, como sociedad, reconsideremos el valor y la importancia que tienen el rol paterno y materno en el desarrollo y en la formación de los colombianos y colombianas del futuro.