Quizá un poco tarde, pero igualmente válido, la dirigencia gremial del Huila está tomando distancia del proceder de altos funcionarios nacionales que no han sido ni responsables ni diligentes ni serios frente a graves asuntos que afectan a la región. Quizá un poco tarde, pero igualmente válido, la dirigencia gremial del Huila está tomando distancia del proceder de altos funcionarios nacionales que no han sido ni responsables ni diligentes ni serios frente a graves asuntos que afectan a la región. Es lo que ha ocurrido con la posición adoptada frente al caos vial por el colapso y exceso de dilación en la reparación del puente El Paso del Colegio – sobre el río Magdalena – desde hace ya nueve meses. La Cámara de Comercio de Neiva alega, con toda la justa razón que asiste a todo el Huila, que dentro de las funciones principales del Invías está la de monitorear permanentemente el estado de las vías nacionales – que son de su competencia – y actuar en consecuencia. Sin embargo, para el caso del daño del puente El Paso del Colegio falló en su función misional, habiendo sido advertidos en su momento por la Cámara de Comercio y otras instituciones regionales, sobre el acelerado deterioro que dejaría sin servicio esta infraestructura. Buena es la diplomacia pero no tanto. Las buenas maneras no deben confundirse con la genuflexión ni con la sumisión frente a las constantes problemáticas que afectan al departamento. Seguramente los altos funcionarios nacionales, a quienes aquí se les tiende alfombra roja, se les atiende como príncipes y se les prodigan todas las atenciones, quedan con la equivocada sensación de que todo está muy bien cuando muchas cosas andan mal. El asunto del Paso del Colegio es paradigmático del estado de los asuntos vitales del Huila; ahí está la increíble demora, pese a los multimillonarios desembolsos, del anhelado Distrito de Riego Tesalia – Paicol, las discusiones aún en suspenso sobre las compensaciones de El Quimbo, las aún no aclaradas responsabilidades por el atraso en la vía Isnos – Paletará – Popayán, el deterioro de la seguridad en las zonas urbanas, especialmente de Neiva y Pitalito (que viene desde el anterior Gobierno Nacional) y la ostensible discriminación contra San Agustín en los planes y promoción internacional del turismo hacia Colombia. Por citar sólo algunos de los temas relevantes, sin dejar de lado el zarpazo impresionante a las regalías petroleras, que ha dejado en el completo abandono numerosos programas sociales para los menos favorecidos. La posición expresada por el presidente ejecutivo de la CCN y la reunión con los incumplidos contratitas del Distrito de Riego Tesalia – Paicol deben ser la punta de lanza de toda una ofensiva regional que combine lobby, posición conjunta de los congresistas, postura firme de la Gobernadora y de los alcaldes y pronunciamientos fuertes, con respeto pero con énfasis, frente a todo el panorama que hoy el Huila padece. Hace una semana fue el reconocimiento a nuestra condición histórica de primeros productores del café, y del mejor. Ahora que esos aplausos se conviertan en hechos concretos. Sólo estamos exigiendo lo justo. “Postura firme de la Gobernadora y de los alcaldes y pronunciamientos fuertes, con respeto pero con énfasis, frente a todo el panorama que hoy el Huila padece”. EDITORIALITO Después de diez años de parálisis la carrera segunda de Neiva, paralela al aeropuerto logró habilitarse. En diciembre pasado terminaron las obras. Sin embargo, por falta de planeación, parte de la calzada volvió a romperse. ¿Cuánto nos cuesta tanta improvisación?