El presidente de México, Enrique Peña Nieto, encabezó hoy el tradicional desfile militar que conmemora la independencia de su país, un evento que este año se caracterizó por la inédita marcha de marinos junto a soldados y la exhibición de aviones no tripulados.
En un evento público celebrado en el Zócalo, la plaza principal de Ciudad de México, el mandatario izó la bandera junto a los secretarios de Defensa Nacional y de la Marina Armada para iniciar el desfile de cientos de miles de agentes de las fuerzas armadas, que vestían elegantes atuendos.
"Cada año, nuestras Fuerzas Armadas nos regalan a los mexicanos un desfile digno de su disciplina, honor y compromiso con el país", comentó el mandatario a través de su cuenta Twitter.
Mientras se realizaba la marcha, miles de soldados y marinos desplegados en el estado de Guerrero trataban de ayudar a los cerca de 238.000 damnificados en esa localidad producto de las lluvias torrenciales originadas por dos ciclones -Ingrid y Manuel-, las cuales afectaron simultáneamente dos tercios del territorio mexicano.
Según las autoridades, las precipitaciones dejaron hasta el momento 40 muertos en el país, 21 de los cuales en Guerrero, donde se vieron afectados 50 municipios, incluyendo el turístico puerto de Acapulco. Allí, numerosas personas esperaban a ser rescatadas desde los techos de sus viviendas.
El aeropuerto internacional de Ciudad de México suspendió sus actividades por poco más de tres horas para permitir a las fuerzas aéreas mexicanas realizar sin contratiempos sus demostraciones en el desfile.
Este año, México celebra el 203º aniversario de su independencia de la corona española, y el desfile militar contó con dos novedades: la exhibición de aviones no tripulados y la marcha, hombro a hombro, de soldados y marinos, quienes normalmente desfilan de forma independiente.
El actual gobierno esgrime constantemente que sus fuerzas del orden trabajan de manera conjunta y no de separadamente, como ha ocurrido en mandatos anteriores.
El expresidente Felipe Calderón (2006-2012) lanzó al inicio de su mandato una guerra militar contra el crimen organizado que dejó más de 70.000 muertos.
El actual gobierno impulsa la creación de una gendarmería única en el marco de su estrategia de seguridad, pero hasta el momento sigue desplegando el ejército en gran parte del país.
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