En vísperas de una primaria muy disputada en la carrera por la investidura republicana para la Casa Blanca, el conservador Newt Gingrich se beneficiaba de un aumento de popularidad a pocas horas de una votación en Carolina del Sur clave para él y su rival Mitt Romney. GILBERT, EEUU (AFP) En vísperas de una primaria muy disputada en la carrera por la investidura republicana para la Casa Blanca, el conservador Newt Gingrich se beneficiaba de un aumento de popularidad a pocas horas de una votación en Carolina del Sur clave para él y su rival Mitt Romney. Después de haberse mantenido a la cabeza de los sondeos durante mucho tiempo, Mitt Romney, el candidato moderado de la liza republicana, vio cómo Gingrich le tomaba la delantera en dos sondeos publicados por el Public Policy Polling. Estas encuestas mostraban al expresidente de la Cámara de Representantes superando por un estrecho margen al exgobernador de Massachusetts. Una victoria de Gingrich el sábado cambiaría totalmente el curso del proceso de las primarias, que hasta hace dos días parecía prácticamente ganado por Mitt Romney. El exgobernador de Massachusetts volvió a criticar el pasado de sus adversarios como legisladores y alardeó sobre su experiencia como empresario que sabe “cómo funciona la economía”. El empleo y la economía en general son dos de los principales temas de la campaña presidencial. “He pasado mi vida en el sector privado. Sé cómo funciona la economía”, lanzó Romney, bajo la lluvia, durante un evento público organizado en una granja en Gilbert, cerca de la capital del estado de Columbia. “Los otros candidatos republicanos en esta carrera son gente fantástica, pero se han pasado toda su vida en Washington” como legisladores, insistió Romney. De su lado, Newt Gingrich celebraba el “buen” momento que vivía el viernes en un margen de una reunión pública al que accedió la AFP. “Espero ganar el sábado”, agregó. Los dos hombres y sus otros adversarios, el cristiano conservador Rick Santorum y el representante de Texas Ron Paul, volvieron al ruedo de un duro debate. Fue un día de grandes anuncios para el Partido Republicano, de los que el más importante fue el retiro de la carrera por la investidura del gobernador de Texas, Rick Perry, que dio su respaldo a Newt Gingrich. Pero este último se vio en aprietos cuando tuvo que responder a las afirmaciones de su exesposa Marianne, que aseguró a la televisión que él le había propuesto cuando estaban casados formar “un matrimonio abierto” para poder seguir su relación con su entonces amante, la que hoy es su tercera esposa. “Esta historia es falsa”, dijo tras agregar: “Estoy cansado de la elite de los medios que protegen a Barack Obama atacando a los republicanos”, vociferó, ganándose una ovación. Durante el debate, los candidatos republicanos -con excepción de Ron Paul-, se confrontaron sobre temas que ya habían sacado a relucir en esta campaña. Romney, cuya fortuna personal se estima en cientos de millones de dólares, prometió que publicaría su declaración de impuestos “en abril” y defendió su papel en la gerencia del fondo de inversiones Bain Capital, donde lo acusan de haber provocado la pérdida de decenas de millones de empleos en Estados Unidos. Romney se esforzó por desviar los ataques de Gingrich acerca de que había forjado su vasta fortuna mientras despedía trabajadores, diciendo que esperaba esos golpes de Obama, no de sus correligionarios republicanos. El católico ultraconservador Rick Santorum, que se enteró el jueves que había ganado la primaria en Iowa (centro) celebrada a principios de enero, y que había sido atribuida entonces a Romney, también multiplicó sus ataques contra los dos favoritos en los sondeos. El proceso de las primarias continuará estado por estado hasta mediados de año. El vencedor afrontará al actual presidente, el demócrata Barack Obama, quien aspira a la reelección el 6 de noviembre.