Un año cumple al frente de la rectoría de la Universidad Surcolombiana, el académico, Pedro Reyes Gaspar.
Asegura que en poco tiempo ha logrado avanzar en el plan de desarrollo institucional propuesto cuando asumió su cargo como rector de la institución universitaria pública más importante del sur colombiano.
En diálogo con LA NACIÓN, Pedro Reyes Gaspar, explicó que la Universidad se va a fortalecer en investigación y mejoramiento de su infraestructura. Sobre el microtráfico y consumo de sustancias sicoactivas, el académico lanzó serias advertencias.
¿Qué ha significado para usted este primer año como rector de la Usco?
Haber participado en un proceso supremamente importante como es la formulación y luego la aprobación del nuevo proyecto educativo universitario que fue aprobado en octubre de 2014 por el Consejo Superior. También haber logrado después de dos años de trabajo realizado por un equipo liderado por el profesor Nelson López encargado de la rectoría mientras se surtía el proceso de elección, retomarlo y se hicieron unos pequeños ajustes.
¿Qué se logró identificar con ese plan de desarrollo?
Pudimos identificar unos macroproblemas, cinco en total. Primero, una falta de empoderamiento de la teleología institucional de parte de toda la comunidad universitaria. La falta de compromiso con el entorno, de alianza entre la Universidad y las demás entidades y comunidad. Encontramos deficiencias en lo que tiene que ver con lo organizacional y organizativa. Además, con los procesos académicos como falta de actualización de normas. El otro macroproblema esel fortalecimiento de una investigación que contribuya efectivamente al desarrollo económico y social de la región.
¿Hay un plan de choque?
Se identificaron unos proyectos y programas que son acordes con el plan de gobierno que hemos venid señalando y direccionados al fortalecimiento de la oferta académica con la creación de nuevos programas que sean pertinentes, no solo en la sede de Neiva sino en las otras de Garzón, Pitalito y La Plata. También estamos trabajando con el fortalecimiento de la investigación, la proyección social, las fuentes de financiación de la universidad porque no podemos vivir solo de lo que nos transfiere el gobierno nacional sino que tenemos que generar unas rentas propias en la venta de servicios y firma de convenios. Otro eje tiene que ver con el fortalecimiento de la infraestructura física, que son otra debilidad identificada, lo mismo que la tecnológica. Finalmente la regionalización.
¿En ese caso, qué va a pasar?
Fortalecer las sedes que tenemos en municipios como Garzón, Pitalito y La Plata para que sirvan de polo de desarrollo de esas regiones. Todo eso, encaminado a la acreditación de alta calidad de la Universidad. La meta es lograrla en el 2017 y para el 2018 la Universidad Surcolombiana estará posicionada como las 20 mejores universidades del país. Pero hoy, según el último reporte del modelo de indicadores de desempeño de las instituciones de educación superior del Ministerio de Educación, estamos en el puesto 35 entre todas las del resto del país. Y dentro de las 127 universidades con énfasis en pregrado, como la Usco, estamos de sextos. En 2018 esperamos haber obtenido tres patentes.
Esto en cuanto a la planeación, ¿y en ejecución?
En este primer año tenemos logros importantes. En formación hemos fortalecido un programa nuevo abierto en el segundo semestre del año pasado que es el programa de ingeniería civil. Estamos buscando fortalecerlo con más docentes y destinando recursos para implementar los laboratorios. Iniciamos los dos programas de doctorado que fueron creados, y son el de agroindustria y desarrollo agrícola sostenible, así como en educación y cultura ambiental que va para el segundo semestre. Se presentó al consejo académico y el Consejo Superior, el programa de doctorado en ciencias de la salud. Ya tuvimos la visita de pares y esperamos el dictamen para la obtención del registro calificado. Tenemos ya el programa de maestría en epidemiología, y la obtención de registro calificado fue el año pasado. Tenemos en trámite otros proyectos de maestría como estudios interdisciplinarios de la complejidad, otro en neurociencia cognitiva aplicada. Y en el área de ciencias de la salud se han aprobado ya otros como cirugía pediátrica, cuidado crítico y medicina de emergencias, medicina familiar. En Pitalito abrimos este semestre en convenio con la Universidad de la Amazonía, el programa de medicina veterinaria y zootecnia.
¿Qué ha pasado con la infraestructura física?
Por primera vez en la historia de la Universidad, se incluyó dentro del plan de desarrollo, el proyecto del nuevo campus, a 10 años con un costo superior a los $300.000 millones. Fue radicado en Planeación Nacional y posteriormente, se hizo la gestión con el apoyo de toda la clase dirigente del departamento logramos la inclusión en el plan plurianual de inversiones para la región del Huila. Esperamos que el gobierno nos destine recursos para iniciar el año entrante la primera fase. En La Plata terminamos la construcción de siete aulas para ampliar más adelante la oferta académica. En Garzón firmamos un contrato para la cubierta del polideportivo y un puente que una dos bloques sobretodo para facilitar el traslado de personas en condición de discapacidad. El viernes entregamos tres laboratorios en la Facultad de Ingeniería Civil, entre ellos de cafés especiales. Estamos muy cerca de comenzar la construcción del nuevo bloque de la Facultad de Educación y la dotación del auditorio de la Facultad de Economía.
¿Hacia dónde va la investigación de la Universidad Surcolombiana?
Recibimos la Universidad con 18 grupos clasificados y reconocidos por Colciencias, en la clasificación del año pasado. En la de este año, pasamos de 18 a 33, y algunos de ellos ascendieron de categoría. Ese trabajo hay que reconocérselo a la Vicerrectoría de Investigación y Proyección Social. Pero también necesitamos mejorar la calidad de las publicaciones de los resultados de los procesos de investigación para que tengan un alto nivel de consulta de otros investigadores del país o fuera de él. En esta administración se han creado tres centros de investigación, uno de ellos el de emprendimiento e innovación en la Facultad de Economía que pretende que nuestros profesionales no solo se formen como empleados sino como generadores de nuevos proyectos y empresas. Se conformó también el centro de investigación de la Facultad de Salud.
La comunidad académica
¿Cómo se está trabajando el tema de las protestas de los estudiantes para evitar que se salgan de las manos, como ha sucedido en el pasado?
Nuestro slogan es gestión, participación y resultados. Esa participación se ve reflejada a través de una comunicación permanente con los líderes de los distintos sectores de la comunidad estudiantil, de los profesores, los estudiantes, personal administrativo y egresados. Cada semestre hacemos rendición de cuentas para que sepan qué avances hemos tenido y también qué dificultades. Cuando hay problemas como cuando realizamos el cambio de operador del servicio de restaurante, porque quien venía en eso llevaba más de 10 años, hubo una licitación y se la ganó un consorcio de Bogotá. Pero con ellos hemos tenido dificultades y estamos siendo estrictos para comenzar a aplicar sanciones y ejercer las acciones que nos permite la ley. Hemos entregado dotación de instrumentos musicales, en cada una de las sedes para fomentar la cultura, igual en la parte deportiva. Terminamos la ampliación del cinecafé, organizamos una sala de juego y ocio productivo. Estamos comenzando a reactivar el club deportivo de la Universidad y desarrollando un programa que es el de universidad saludable que propende que todos quienes hacemos parte de la comunidad universitaria adoptemos estilos de vida saludable.
¿Y de qué manera su administración está manejando el tema de las sustancias sicoactivas entre los estudiantes?
Este es un problema muy antiguo de la Universidad, y no solo de la Surcolombiana sino de otras del país. Creo que las directivas de la Universidad han sido muy permisivas en este problema. Pero durante este primer año tratamos de hacer un acercamiento con estos grupos, buscando puntos de encuentro que nos permita disminuir de manera importante del consumo de sustancias sicoactivas en la Universidad. Y claro, otro problema concomitante muy grave es el tráfico de estupefacientes. Pero la experiencia de un programa que se venía implementando desde hace cuatro años, a través de un equipo de trabajo no dio resultado y no se observó ningún impacto positivo.
¿Qué pasó entonces?
Por eso, suspendimos ese programa y empezamos a tratar de replantear la situación. La semana anterior el Consejo Académico analizó la problemática sobretodo el grave problema que nos están causando esos consumidores que desbordan ya su comportamiento normal y comienzan a ser agresivos, afectando el desarrollo normal de las actividades académicas, no solo con el humo sino también música a alto volumen. La decisión que se tomó es que vamos a comenzar a aplicar las normas institucionales sobretodo la contenida en el acuerdo 020 de 2010 del Consejo Superior que establece que está prohibido guardar, consumir o traficar estupefacientes en la Universidad.
¿Cómo se aplicará la norma?
Cuando identifiquemos esas personas hay todo un protocolo que se debe seguir. Se les va a decir, primero, se les remite al profesor consejero, luego al equipo interdisciplinario de Bienestar Universitario integrado por una sicóloga, un médico general y una siquiatra. Ellos abordan el problema como como un problema de salud pública del estudiante, se le invita que si desea, se vincule a un programa de rehabilitación. Se vincula a la familia también y definitivamente si el estudiante es renuente, eso trasladara al Consejo de Facultad para que haga todo un proceso y una investigación disciplinaria para aplicar finalmente la investigación que puede ir desde la suspensión de un mes o un semestre, hasta la expulsión del estudiante en caso de reincidencia.
¿Se ha pensado en estrechar controles?
Vamos a reforzar todos los controles de ingreso a la institución y más rigurosidad en la exigencia de la identificación de los estudiantes, profesores y personal administrativo. Es que muchos de los traficantes de estupefacientes ingresan esas sustancias, según nos han dicho, por las entradas de la institución. También vamos a trabajar para el caso de los estudiantes que se ubican en sitios que afectan el normal desarrollo de las actividades, con un equipo liderado por la Dirección de Bienestar que tratará de persuadir a esas personas para que se retiren, y si no, pues van a tener que retirarlas de otra manera. Si la circunstancia se complica, pues vamos a pedir el apoyo de la Fuerza Pública, en casos especiales.
Pero con el tráfico, ¿qué se hará?
Ya hemos tenido tres consejos de seguridad con el alcalde y autoridades del municipio. Mañana tenemos otro para analizar la problemática y ellos actúen sobretodo en lo que tiene que ver con la parte externa dela Universidad.