La Nación
Proceso de paz arrancó en tono firme 1 7 septiembre, 2024
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Proceso de paz arrancó en tono firme

Aunque las partes marcaron claras diferencias, conservaron intactos los acuerdos para avanzar hacia un acuerdo final que garantice el desarme. Aunque las partes marcaron claras diferencias, conservaron intactos los acuerdos para avanzar hacia un acuerdo final que garantice el desarme. Las divergencias fueron más retóricas que de fondo, estimaron analistas al examinar el inicio de las conversaciones de paz. LA NACIÓN, Neiva En Oslo, la capital donde se entrega el premio Nóbel de Paz, el Gobierno Nacional y las Farc, iniciaron ayer, la segunda fase de los diálogos para poner fin al conflicto armado. Pese al tono duro y por momentos crispado en que se inició la nueva etapa, ambas partes subrayaron su voluntad de lograr un acuerdo final. Aunque sin apretón de manos, conservando prudencial distancia y total hermetismo, las partes mostraron sus cartas en este proceso que comenzará en firme a partir del próximo 15 de noviembre, en La Habana, Cuba, según lo anunció el representante de Cuba, Abel García. El 5 de noviembre se designarán los voceros y el primer tema será el desarrollo rural integrado como estaba previsto en la agenda inicial.  Ese fue el primer acuerdo revelado ayer en la primera sesión que sirvió para romper el hielo. En un tono pragmático, realista el jefe de la delegación oficial el ex vicepresidente Humberto De la Calle, reiteró las reglas de juego previamente convenidas. Las conversaciones se desarrollarán exclusivamente a la luz de lo que ya fue pactado en la primera fase: las conversaciones serán bilaterales, discretas, directas e ininterrumpidas. Subrayó que no se discutirá el modelo económico, ni la doctrina militar. “La agenda fue producto de un acuerdo suscrito por plenipotenciarios, o sea, es responsabilidad de las Farc ceñirse a una agenda que ya fue pactada”, dijo De la Calle. “Dentro del ritmo de la negociación- insistió- cada cosa debe suceder en su momento. Esto es importante también para las Farc. Esa es también una garantía para la aplicación del principio de que nada está acordado si todo no está acordado”. “Hay un punto en el que coincidimos con las Farc: la finalización del conflicto no es en sí misma la consecución inmediata de la paz. La fase tres es el escenario para las transformaciones necesarias que serán el verdadero motor de la paz”, aseguró. Pero para ello, reiteró, el proceso de paz también debe incluir acuerdos eficaces, que sean realizables. Se trata de llegar a acuerdos sobre cinco puntos que se puedan cumplir y que buscan soluciones concretas para los temas críticos del conflicto: el desarrollo rural, las garantías para la oposición y la participación política, el fin del conflicto, el narcotráfico y las víctimas, sobre todo las victimas”. Plenas garantías Y para generar el ambiente propicio reiteró las plenas garantías. “La terminación del conflicto armado es la antesala de la paz. Para lograrla hay que ir a fondo en la transformación de la sociedad. Estamos dispuestos a buscar mecanismos de garantía que llenen estas aspiraciones”. Otra consideración esencial es la ampliación y garantía de la participación política. “El Gobierno está dispuesto a profundizar ese camino y a ampliar el horizonte, a examinar los aciertos, pero también aquellas prácticas e instituciones insuficientes”. Pero igualmente estimó que la participación política también tiene otra perspectiva: la de garantizar la vida y la libertad de expresión de quienes decidan ingresar a la vida política. “Este es un tema en el que Colombia ha progresado de manera significativa, pero aquí también queremos discutir este punto, que los sabemos es esencial para el logro de nuestros objetivos”. Fuera del libreto Aunque se salió del libreto convenido, el jefe guerrillero ‘Iván Márquez’ destapó otras cartas que generaron encontradas reacciones. Y comenzó criticando el tiempo para buscar el acuerdo final. “Tal emprendimiento estratégico no puede considerarse como un mecanismo contrarreloj. La pretendida paz express que algunos promocionan, por su volátil subjetividad y por sus afanes, sólo conduciría a los precipicios de la frustración”, insistió Márquez. “Una paz que no aborde la solución de los problemas económicos, políticos y sociales generadores del conflicto es una veleidad y equivaldría a sembrar de quimeras el suelo de Colombia. Necesitamos edificar la convivencia sobre bases pétreas como los inamovibles fiordos rocosos de estas tierras para que la paz sea estable y duradera”. “Nuestro propósito no es venir a catequizar a nadie. De lo que se trata es de convenir una agenda para la terminación del conflicto que permita a las Farc exponer sus ideas sin el acompañamiento de las armas y, con plenas garantías para su transformación en una fuerza política desarmada”, le respondió Jefe de la delegación oficial. Punto de partida “Cada parte estableció claramente su punto de partida. Para las Farc no se podrá lograr la paz sin cambios sociales, mientras que el gobierno insistió en que se debe pasar del combate armado al combate político en el escenario democrático”, afirmó el politólogo Jaime Zuluaga, de la Universidad Nacional de Colombia. “El tono de los discursos mostró todas las dificultades futuras para los negociadores, pero los colombianos podemos esperar que haya madurez de cada parte para entender que la guerra solo está sirviendo a los peores intereses de este país”, añadió el analista. En su discurso, el jefe de la delegación guerrillera, Iván Márquez, enfatizó que “la paz no significa el silencio de los fusiles, sino que abarca la transformación de la estructura del Estado”, y el delegado gubernamental Humberto de la Calle reconoció que “la terminación del conflicto es la antesala de la paz”. Pero más allá de esa coincidencia, afloraron fuertes contradicciones que amenazan con exacerbar las divisiones. “Quiero reiterar que no estamos discutiendo el modelo de desarrollo económico ni la inversión extranjera. Para eso las Farc deben dejar las armas, hacer política y ganar las elecciones”, zanjó De la Calle después de escuchar el discurso en el que Márquez cuestionó la presencia en Colombia de empresas multinacionales a las que llamó “vampiros”. Puntos sensibles Para Álvaro Villarraga, presidente del centro de análisis Fundación Cultura Democrática, la tensión expuesta “no es sorprendente”. “Era previsible que predominara la voluntad de reafirmar los compromisos y era previsible que haya posturas diferentes. Es algo propio del inicio de una negociación para concluir un conflicto armado tan largo, intenso y complejo”, dijo Villarraga. Pero también surgieron puntos muy sensibles que van más allá de la mesa de diálogo. “No hemos cometido crímenes contra el pueblo”, aseveró Iván Márquez. “Las Farc deberán darle la cara a las víctimas”, respondió De la Calle. “En los discursos vemos lo difícil que será el camino. Ni el Estado puede lavarse las manos frente a las víctimas, ni la guerrilla tampoco”, comentó el congresista Iván Cepeda. Proceso de paz arrancó en tono firme 7 7 septiembre, 2024 “La voz de las víctimas va a ser esencial en este proceso. Creo que con paciencia y perseverancia podemos llegar a ello”, agregó. Pura retórica Para Román Ortiz, profesor en Ciencias Políticas de la Universidad de los Andes, con su discurso la guerrilla pasó “por encima de la agenda que inicialmente se firmó”. “Su principal objetivo es tratar de ampliar las negociaciones a temas que no estaban en la agenda inicial, pero también alargarlas en el tiempo. Un proceso de paz es complicado por definición, pero el arranque de esas negociaciones demuestra que las discusiones van a ser difíciles y que se tendrá que volver al realismo”, dijo Ortiz. Márquez se salió del libreto convenido en la agenda y aprovechó para criticar políticas institucionales, lo cual era previsible, para marcar las diferencias. Sin embargo, “las diferencias que se encuentran en cada intervención son más de forma que de fondo”, estimó el analista Ariel Ávila. “Fue un ejercicio de retórica, sin consecuencias sustanciales en la negociación. El acuerdo inicial se mantuvo”, explicó Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac). El propio jefe negociador sabía que era previsible y pese a las diferencias, mantuvo el optimismo. “En efecto, este es un momento de esperanza. No es una esperanza ingenua. Sabemos que hay dificultades enormes. Tenemos una dosis de optimismo, pero es un optimismo moderado. Creemos que existen oportunidades reales para la paz, pero venimos dispuestos a hacer nuestro mejor esfuerzo”, reiteró De la Calle. Anticipándose a lo que podría ocurrir, el presidente Santos, le advirtió al jefe del equipo negociador antes de partir a Oslo: “de pronto déles un poco de té a su contraparte y tenga mucha paciencia porque así de pronto podemos avanzar”. No hay otra manera. Los negociadores rompieron el hielo durante el primer encuentro que marcó el inicio de las conversaciones de paz.Proceso de paz arrancó en tono firme 8 7 septiembre, 2024 La delegación oficial remarcó las reglas del juego para asegurar un acuerdo final. Pese a la retórica, las Farc mostraron sus cartas. Foto AFP