El titular que este diario plasmó el pasado 15 de este mes, no pudo retratar mejor al estilo de las historietas de condorito la situación de los neivanos: “Casagua sin miedo: pide facultades para crédito por $80.000 millones”.
No sólo me espeluznó, sino que me llevó en cuerpo ajeno a ponerme en la piel y responsabilidad que tienen los miembros de la Comisión de Presupuesto y Crédito del Concejo para aprobar o no, y luego darle paso al segundo debate en plenaria si lo amerita. No sólo eso, sino también, revisar la hoja de vida de cada uno de los integrantes de esta Comisión y su accionar (por no decir, historial en capacidad de gestión y aprobación de proyectos en esta corporación y su actuar político o mañas politiqueras) con el fin de tener una idea o imaginario de lo que harán con tamaño reto.
No es el único proyecto que se ha tramitado con este objeto. Por ello, el interés supremo. Los miembros de esta Comisión no deben estar estudiando solamente los argumentos plasmados por el alcalde o su equipo, sino también los escenarios posibles por si el Municipio le toca afrontar o no Acuerdos de Reestructuración de Pasivos (Ley 550/99), Programa de Saneamiento Fiscal y Financiamiento (Ley 617/00) y los Planes de Desempeño (Ley 358/97). Si uno revisa los proyectos a los cuales serán destinados los recursos del crédito que se faculte, no convence.
Les corresponde también, hacer pedagogía para todos, -no encerrados en 4 paredes-, de lo anterior, y de la viabilidad fiscal territorial 2023 realizada por el Ministerio de Hacienda y Crédito Público del municipio de Neiva, la cual muestra su estructura y dinámica fiscal, así como el comportamiento de los indicadores financieros, disciplina fiscal, capacidad de endeudamiento, resultado fiscal y presupuestal, aportes al FONPET, riesgos por pasivos contingentes, uso del SGP, programa de saneamiento fiscal y financiero, sus conclusiones y recomendaciones, así como todos los antecedentes que esta guía sustenta y fundamenta. Todos vigilantes al estilo del panóptico foucaultiano. Pero al revés. De la ciudadanía al alcalde y concejales.