Familias de los municipios de Florencia y El Paujil le apuestan a la producción de cuatro mil toneladas de alimentos a través de huertas caseras de maíz, yuca, frijol, ahuyama, pepino y sandía, y el componente pecuario de gallinas ponedoras, pollos de engorde, cerdos y ovejo.
LA NACIÓN
Dos mil familias de los municipios de El Paujil y Florencia tienen gran expectativa con el proyecto que es financiado con recursos del Fondo de Ciencia y Tecnología del Sistema General de Regalías denominado ‘implementación de estrategias de innovación para contribuir al mejoramiento de la soberanía y la seguridad alimentaria en los municipios de Florencia y El Paujil’. Johana Andrea Mendoza, directora de Red Adelco, dio a conocer cómo avanza este proyecto que trasformará la vida de estas familias caqueteñas.
¿Qué logros se han tenido desde que se anunció la implementación de este proyecto en los municipios de Florencia y El paujil?
Desde julio hasta la fecha hemos realizado 78 reuniones de socialización del proyecto, a las que han asistido cerca de 2.800 personas, hemos visitado en el municipio de Florencia 171 veredas y en el municipio de El Paujil 15 veredas. En este momento el proyecto incluye 1.500 familias del componente agrícola y 500 del componente pecuario. En fase agrícola aún nos quedan 400 cupos en Florencia y estamos haciendo el recorrido para las familias que deseen participar en el proyecto.
¿Cuáles son los productos agrícolas que trabaja el proyecto?
Nosotros vamos a establecer con cada participante media hectárea de huerta casera, comprendida por ahuyama, sandia, pepino, frijol, yuca y maíz. Hay que recordar que este es un proyecto del Sistema General de Regalías del área de Ciencia y Tecnología y de innovación, por eso tenemos tres productos que no son muy comunes en la región, que es la ahuyama, la sandía y el pepino, pero estamos trayendo nuevas alternativas de producción para el departamento.
¿De qué trata aquello de la seguridad alimentaria?
El proyecto tiene un componente fuerte en nutrición, se va a desarrollar con los participantes planes de nutrición, se van a capacitar en este tema dependiendo el rango de edad, de cero a cinco años, madres gestantes y lactantes, adultos mayores, se va a hacer énfasis en cada uno de estos grupos; igualmente para la parte de comercialización se tiene un fuerte componente en liderazgo, en asociatividad, en formación de empresas. El proyecto deja formulados cuatro planes de negocio con relación a estos productos, para que estos centros asociativos sean sostenibles por los mismos participantes.
Háblenos de estos centros asociativos
En el proyecto está concebido un centro asociativo en El Paujil y tres en Florencia. Hemos tenido muy buena receptividad en El Paujil, entonces si los 400 participantes que aún faltan por ingresar al proyecto lo hacen en ese municipio, allá estarían dos centros, sino estaría en Florencia. La idea es que las personas que participen del proyecto se asocien y estos centros queden con personería jurídica y con la capacidad instalada para perduren en el tiempo.
¿La asociación podría exportar sus productos?
Nosotros hacemos su plan de negocio, la proyección, pero adicionalmente a los centros asociativos que se conformen les damos un capital semilla para que ellos empiecen a dotar de canastillas, de los demás elementos que dentro el proceso identifiquemos que son necesarios para que ese centro funcione.
¿Cuándo se habla por ejemplo de yuca y patilla, acogen los campesinos de Florencia y El Paujil estos productos?
La yuca tiene una muy buena receptividad, con la patilla hay un poco de temor, porque se han tenido experiencias en las que han ocurrido algunas dificultades, pero tenemos una ventaja en el componente de agroindustria y es que dependiendo del interés de los resultados, antes vamos a hacer ejercicios de trasformación de uno de esos productos que vamos a producir. Entonces hay mucha expectativa, la gente está muy contenta, tiene mucha ilusión de que le funcione el proyecto, además porque cada periodo de tiempo a los 30 mejores participantes los vamos a llevar a una gira al interior del país para que conozcan experiencias exitosas en el tema de seguridad alimentaria. Adicional a ello las 24 mejores fincas de todo el proceso van a recibir en insumos un fortalecimiento aproximadamente por tres millones de pesos.
¿Es decir que además de vincularse al proyecto, de participar, de mejorar su canasta familiar pueden salir a buscar otros mercados e intercambiar experiencias y conocer que hay otras personas trabajando en estos mismos proyectos?
Nosotros estamos haciendo articulación con entidades del orden departamental y nacional para que en el momento de que el proyecto termine la iniciativa no quede allí, sino que las personas que intervinieron en el proceso puedan continuar a través de nuevos proyectos fortaleciendo este camino que hemos iniciado.
¿Hasta cuándo tienen plazo las personas de hacer parte de este proyecto?
Hasta la primera semana del mes de diciembre porque ya empezamos a entregar los materiales para la instalación de las huertas caseras
¿Cómo ha sido la vinculación de las personas que asesoran estos finqueros, cómo es el trabajo que ustedes realizan luego de identificados los participantes y los terrenos donde se van a trabajar?
Tenemos vinculados al proyecto alrededor de 50 trabajadores caqueteños, en su mayoría ingenieros agro ecólogos y médicos veterinarios de la Universidad de la Amazonia que son los que han ido a los núcleos veredales a hacer las socializaciones y posteriormente visitan predio a predio corroborando que las personas cumplan con el criterio de selección, el más importante es tener ganas de participar en el proyecto, segundo poder demostrar la sana tenencia de la tierra y tercero contar con la media hectárea que se requiere para poder efectuar el proyecto.